Capitulo 3

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Capitulo 3

“Preguntás”

   La lluvia no cesaba, Daniel Miró a los alrededores para ver si todo estaba bien pero no vio a nadie ¿Quien me habrá traído aquí? ¿Y porque? ¿Estare en peligro? Era lo único que sé preguntaba por los momento su cabello oscuro le molestaba al mirar y sus ojos verdes y llenos de ojeras no paraban de observar el lugar.
   De repente sintió algunos pasos y se levantó rápido y empuñó un cuchillo que estaba en una mesa de madera cerca de él.
   Y se dio cuenta de que estaba vendado de todo el cuerpo y tenía algunas heridas tratadas y cocidas. Por su mente pasaban muchas cosas.

   —No tengas miedo— dijo el misterioso hombre que entró por la puerta.—Te ví en el bosque desmayado y te traje aquí.

   —¿En el bosque? Dime ¿Porque hiciste eso?— respondió Daniel.

   —¿Porqué no debería de hacer lo que hice? Estabas apuntó de morir, se dice gracias.— Respondió el hombre misterioso —Por cierto me llamo Reinel.— Termino diciendo.

   —Reinel, te lo volveré a preguntar.— Decía Daniel mirando fijamente con una mirada enfermiza — ¿Porque me has salvado?

   —No te podía dejar morir solo en el bosque.— Respondió Reinel.— Aún no lo tengo claro pero creo que te he visto con una persona hace mucho tiempo, se llama Lis.

   —¿Lis? ¿Que tienes que ver con ella?.— Respondió rápido Daniel.

   —Tranquiló, Mi pregunta es... ¿Como acabaste así? Eras amigo de Lis y te veías tan bien.— hablaba Reinel mientras se sentaba en el piso con la espalda contra la pared haciendo sonidos de dolor mientras se sentaba, tenía unos 38, los años no pasan en vano.

   —No estoy obligado a responder eso.— le dijo Daniel mientras se sentaba de un lado del colchón.— Reinel, ¿Porqué te interesa saber eso?

   —Bueno, sin rodeos, hemos perdido mucho tiempo, ¿conociste a...

   —¡Por Dios! ¿Nunca dejará de llover?— decía Clara decepcionada.—Tengo frío ¿Porqué no traje un suéter?

   Clara había traído un vestido ajustado de color rojo y Lis solo se traía un jeans negro y una camisa color crema casual.

   Leo se levantó y colocó su sacó en los hombros de Clara.

   —Ten, para que te cubras del frío.

   Leo había venido formal, con traje y corbata, un traje oscuro y una larga corbata de color blanco.

   —¡Gracias!— le digo Clara a Leo.

   —No hay de que. Es un placer.

   —Lis, ¿Quieres venir a cubrirte conmigo?— le pregunto Clara, mirándola con picardía.

  —No, tranquila yo estoy bien así.— Dijo Lis

  —Bueno, pero si te congelas no es mi culpa.— le dijo Clara.

Otro psicópata del montónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora