Otro psicópata del montón

Capitulo 8

Capitulo 8

“Viejos amigos”

   Ya son las 4 de la tarde y la pequeña ciudad se apaga poco a poco mientras avanzan las horas, todos los presentes en sus tiendas, negocios y por las ventanas de sus casas miran detenidamente 4 neumáticos deslizándose por las calles de Silent City, es un auto gris de 4 puertas, marca Corolla casi de paquete. No podían miran dentro ya que sus vidrios eran oscuros y por la hora el cielo destilaba luz algo apagada, solo faltaba poco para que la ciudad encendiera sus luces nocturnas.

   Jeremías pasaba por el café al otro lado de la pequeña ciudad ya que es la única entrada a esta.

   — Que fastidio, esta ciudad es un fastidio. —Hablaba cuando de pronto miro un patrón de policías ordenándose de esquina a esquina — ¿Que estará pasando? — decía confundió mientras cruzaba por una calle que el tomaba de atajó para llegar más rápido cada que venia. Aunque tenía años sin venir.

   — Veamos, ¿ya sabes cómo explicarle todo en orden a Jeremías? — Preguntaba Clara a Lis.

   —Mmm, solo le diremos que Daniel sigue vivo y nos quiere matar y ya, no es tan difícil. — respondió Lis. mirando a Clara fijamente con cara de tonta.

   —Bueno, bueno esta bien. — dijo Clara aburrida, ni idea de porque.

   —Por lo menos ¿tienes la seguridad de que vendrá? Ese estúpido el único idioma que sabe es mentir. — Decía Lis, mirando su teléfono

   —Si no viene veremos cómo arreglarnolas solas. Aún estamos vivas aún podemos. — dijo Clara y Lis se sorprendió al ver lo firme que hablo. Casi nunca ve a Clara hablar serio.

   —Ese pendejo ya se tardó mucho, debemos saber que no v— Lis hablaba cuando de repente escucharon unos pitidos de autos afuera y saliendo a ver si era Jeremías, y en efecto era el. Estaba discutiendo con los guardias que no lo querían abrir el portón. Miro hacia la ventana y las vio y les gritó:

   —¡Eeeeee! ¡Aquí, niñas estúpidas! ¡Ya vengan, no me quieren dejar entrar!

   —vamos, Lis. Ya llegó. — decía Clara mientras salía afuera.

   —¡Oigan abran la puerta el es mi primo!— gritó Lis mientras caminaba al portón.

   El portón de abrió y el auto entró y se estacionó su motor se detuvo y la puerta se abrió y se volvió a mostra un chico de 20 años de cabello corto pelinegro, ojos negros, bajito y rellenito y con una fea cicatriz en la cara, cuando clara lo vio corrió y le pregunto sin rodeos que le había pasado en la cara que porque tenía esa cicatriz. El le contó lo que paso y que está vivo de milagros porque lo habían secuestrado pero en realidad sólo jugaba con sus compañeros a pelearse con cuchillos y fue muy lento.

   —El tiempo es oro, díganme rápido para que querían l— no termino de hablar cuando Clara le dio un golpe en la cabeza para que de callara porque los guardias estaban presentes.

   —Por lo menos ayúdenme con la maleta, Lis la tomo y noto que pesaba mucho y se la devolvió sin dudarlo. —Vamos, niña, ¿no puedes?— le decía mientras le dio un  guiñó y Lis comprendió rápido.