Capitulo 5

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Capitulo 5

“Papá”

   —Papá, voy a salir.— Le dijo Leo a su padre, un señor de unos 40 años de test pálida y cabello con muchas canas, flaco sentado en una silla.— No te preocupes, volveré en la mañana, voy a ver algunas cosas.

   —Está bien, muchacho, solo no te metas en problemas ya estoy muy cansado para problemas.— Le dijo su padre.— Me recuerdas a tú madre, siempre ocupada en algo yo nunca la ayude en nada ahora me arrepiento.

   El señor miraba a la nada y Leo volvió y lo abrazó, mientras el viejo lloraba

   —Si pudiera volver en el tiempo, volviera al día en que me necesitaba y la deje sola.—Dijo el señor arrepiendose.— No desaproveches ninguna oportunidad de estar con quién de verdad quieres, hijo.

   —Papá, ¿Porque dices eso ahora? ¿No te sientes bien?

   —He oído que te la pasas con unas chicas y que te ves algo feliz con una, solo no quiero que hagas lo mismo que yo.— le decía mientras veía al cielo —Oh... Celina, lo siento.

   —Papá, no es nada importante, solo es una amiga nada más.

   —Te quiero hijo... perdón si nunca te lo dije pero ahora que estoy viejo y enfermo no quiero morir sin que antes lo sepas, te quiero Leo. —Le dijo si padre levantándose para entrar a la casa.— Ve a donde vas, cuídate.

   —Papá yo también te quiero, no te sientas mal tú no tienes la culpa de nada de lo que paso.

   Le decía con lágrimas en los ojos mientras su padre cerraba la puerta, Leo se secó los ojos y se fue a donde iba mientras pensaba en lo malo que fue su padre con su madre pero ahora luego de estar sólo se siente así, no sabía que pensar la verdad pero tampoco le gustaba ver a su padre mal.

   Rim, rim, rim, sonó el celular de Santiago de inmediato.

   —¿Que sucede?— contestó Santiago.

   —El chico salió de su casa, el Leo, ya no tengo que hacer nada aquí, ya es tarde quizás ni venga hoy.— respondió Joseph.

   —Bueno ven seguiremos por aquí los dos, hoy debemos velar porque nunca se sabe, todo tranquilo no es buena señal.— respondió Santiago.

   —Ok, voy a donde estás ¿Por Sierto, donde es?.— preguntó Joseph.

   —Al otro lado de la ciudad, ven te espero quizás llegues en cinco minutos si te apuras.— le dijo Santiago y es que si, está ciudad es muy pequeña la verdad.

   —Ok, voy.— dijo Joseph y corgo el celular.

   Lis y Clara dormían mientras tanto Daniel hablaba con Reinel antes de salir a por ellas.

   —Ten esto es lo último, úsala en caso de emergencia...— le dijo Reinel a Daniel luego de darle una granada.

   —¿Una granada? Ya quiero ver intestinos por los aires — dijo Daniel mirándola.

   —Ya tienes una pistola, una escopeta de dardos tranquilizantes y tú bate —Decía Reinel mientras su calva cabeza reflejaba la luna y sus ojos reflejan una sed de venganza injustificable por algo de lo que él ni sabía.— Ha, casi lo olvido... el chico que te disparo... El se llama Leo y vive a unas cuadras más abajo de la casa de Lis.

Otro psicópata del montónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora