No es justo que hayas partido, y aunque ya han pasado tres meses desde tu muerte, sigo sin aceptar que ya no estás aquí. La sombra de tu ausencia se cierne sobre mí como un manto oscuro, y el tiempo parece detenerse en el eco de tus risas y abrazos.
Temo la llegada de la Navidad y de fechas importantes como tu cumpleaños. Sé que muchas personas van a recordarte, que sus palabras de consuelo se posarán sobre mí para decirme que está bien, que estás en ese lugar que nos llena de esperanza llamado cielo. Pero yo, en mi soledad, seguiré buscando tu presencia en los rincones de mi corazón.
Las heridas aparentemente sanas se reabrirán. La tristeza se filtrará por las rendijas de mi alma, y recordaré que perdí a una de las pocas personas que se preocupaba por mi bienestar. Eras mi confidente, mi cómplice en las alegrías y tristezas. Y ahora, la soledad se sienta a mi lado como un viejo amigo.
Con lágrimas en los ojos, escribo este texto. Las palabras son mis lágrimas, mis suspiros, mi manera de decirte que te quiero. Te quise y te querré para toda la vida.
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Susúrrame en la oscuridad
PuisiEste no es un poemario, sino más bien un grito silencioso, un lamento tejido con hilos de dolor. Lo escribí en las noches solitarias, cuando el mundo parecía un lugar extraño y hostil. No esperes encontrar grandes prosas aquí, ni metáforas elaborada...