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SEHUN

Agarré el volante con más fuerza mientras veo a ChanYeol quitarse su camisa de franela y atarla alrededor de su cintura.

Gracias a Dios se está cubriendo los mini-pantalones que lleva puestos. ¿Cuándo carajos consiguió esos? No es correcto que un Omega de su edad use algo así.

Que se joda eso. Esas son cosas que deberías ponerte en casa para un alfa que se pondría en sus rodillas y agradezca que lo haces, no solo a cualquiera en una calle. Bueno, puede que estaba exagerando, pero ChanYeol siempre había usado pantalones y ver qué sus hermosas piernas estaban expuestas así, a la vista de muchos alfas, me ponía de nervios.

Pienso en salir de mi camioneta y ayudarlo a llevar esas cajas, pero veo a su amigo MinSeok con él y no quiero entrometerme.

Lo último que quiere es ser avergonzado por su hermano chismoso. Hermano. Me recuerdo, mirando a los omegas cargar las cajas a Sunshine Diner.

Cuando mi padre me dijo que se iba a casar con BaekHyun, me alegré por él. Pude ver lo feliz que era a su lado. Lo vi brevemente antes de la boda, pero sabía que mi papá estaba enamorado de BaekHyun desde el primer día. Tuvieron un rápido cortejo, y luego se fugaron, diciendo que no podían pasar otro momento separados. Lo entiendo muy bien, pero no hay un “feliz para siempre” en la tienda para mí.

La primera vez que vi a ChanYeol fue el día en que se mudaron.

Él se hallaba parado en mi porche llevando una maleta. Yo estaba un poco sorprendido de tener un hermano omega a la edad de dieciséis años, pero también me sentía emocionado. Siempre fuimos mi papá y yo. Quería un hermano, y me encontraba a punto de tener uno. Pero cuando lo vi allí, muchas emociones me golpearon a la vez. Fui a él ese día, y quité la maleta de su mano, pero no logré que ninguna palabra saliera de mis labios. Se veía como un ángel. Nunca había visto algo tan hermoso como él antes. Nuestros padres se pararon allí, esperando que dijéramos cualquier cosa, pero yo no pude.

Eventualmente, lo llevé a su nueva habitación y puse la maleta en su cama. Lo miré a los brillantes ojos marrones, lleno de asombro pero vacilante. Su cabello castaño y ligeramente ondulado era corto en aquel entonces, y recuerdo que quería preguntarle si se lo había cortado solo, simplemente para hacerle plática. Pero las palabras quedaron atrapadas en mi garganta otra vez, y me acobardé. En cambio, el dulce Omega habló primero, dándome las gracias, y ofreciéndome la sonrisa más hermosa que jamás haya visto. Iluminaba la habitación oscura que nunca usábamos, y de repente la casa sin vida en la que vivíamos se convirtió en un hogar.

Inclino mi cabeza contra la ventana de mi camioneta y cierro los ojos, tratando de sentir esos primeros años viviendo juntos. Tenía trece años en ese momento y siempre quería acompañarme, lo que sea que me encontrara haciendo.

Nunca se lo admitiría, pero amaba como no se separaba de mí. Cuando salíamos al establo o a través de los bosques, aproveché cada oportunidad que tuve para sostener su mano para evitar que se tropezara, pero siempre sacaba la mía tan pronto como podría. Tenía tanto miedo de que fuera capaz de decirlo, por mi toque, lo que realmente pensaba.

—Maldición, SeHun — me digo, odiando este tren de pensamiento.

No importa lo que haga, sucede cada vez que lo veo.

Una mirada y me devuelve a todas las veces que pasamos juntos... y luego mi razón para huir. Para salir de la ciudad lo más rápido que pude y solo volviendo cuando tenía que. Golpeando mi cabeza contra el cristal, trato de detener los recuerdos, pero no sirve de nada.

Tenía diecinueve años cuando finalmente me mudé, incapaz de pasar otro momento en la casa con el Omega. Lo había visto crecer de un adolescente torpe a uno de dieciséis años de edad, con el cuerpo de un omega mucho mayor. Ese hermoso cuerpo no pertenece a un “hermanito”. Pertenecían a la portada de una revista pornográfica para alfas. La idea de que otros alfas lo vean así me hace apretar los dientes.

𝚜𝚝𝚎𝚙𝚋𝚛𝚘𝚝𝚑𝚎𝚛 || 𝐬𝐞𝐲𝐞𝐨𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora