Follow That Dream: I Found You #PGP2024

01

El frío y húmedo suelo en contacto con su piel hizo que Delilah despertara lentamente. Parpadeó para aclarar su vista, pero casi todo a su alrededor estaba a oscuras a excepción de una brillante luz a unos cuantos metros de distancia. Pasó delicadamente su mano por el suelo y se dio cuenta que se trataba de una superficie rocosa. Tomó asiento y frotó sus ojos.

¿Dónde demonios estaba?

Se puso de pie con cuidado para no resbalarse y entrecerró sus ojos para analizar el lugar. Todo en torno a ella era peñascoso, y supuso que estaba en una cueva.

Ahora bien, ¿por qué diablos estaba en una cueva?

Pasó su mano por su pegajoso antebrazo debido a la humedad del aire y, ansiosa por la oscuridad que la rodeaba, caminó con pies descalzos hacia la luz. A medida que se acercaba, podía distinguir un hermoso paisaje de un azul y brillante cielo casi sin nubes y un mar oleante y del mismo color, pero intenso. El sol también era radiante.

Delilah llegó a la salida de la cueva y se detuvo en seco. Miró hacia abajo, y unos cuantos metros la alejaban del mar. Volteó a ambos lados para encontrar otra forma de salir de allí, pero no la había.

Solo tenía dos opciones: saltar y nadar hasta la orilla hacia el hermoso y radiante paisaje, o quedarse en el frío, oscuro y pequeño lugar.

Aún con su mente abrumada de preguntas, cerró sus manos en puños repetidas veces antes de saltar. Cayó en el agua tibia y salada, y nadó minutos hasta la orilla que no se encontraba tan lejos.

Colocó sus pies en la arena apenas pudo, y caminó arrastrándose hasta la orilla. La camiseta holgada roja y shorts negros que tenía puestos pesaban debido a estar mojados. Cuando sus pies tocaron la arena fuera del mar, respiró aliviada.

Se inclinó hacia adelante apoyando sus manos en las rodillas mientras oía el sonido del mar que debía ser relajante pero para ella en ese momento era desesperante. Regulaba su respiración. Sin incorporarse, miró al frente. Solo había arena, algunos arbustos y una enorme roca que rodeaba la playa.

¿Cómo saldría de allí?

Escuchó detrás de sí chapoteos en el agua, y giró incorporándose. Un hombre intentaba con pasos torpes llegar a la orilla. Tosía con intensidad y salía agua de su boca. Se tambaleó y cayó de rodillas.

Delilah, por instinto, corrió hacia él mientras este se acostaba boca arriba. Ella se arrodilló junto al hombre.

—¿Estás bien?— dijo la chica.

Él mantenía sus ojos cerrados debido al brillante sol. Al escucharla, abrió sus ojos y colocó su mano a la altura de su frente para poder verla. Captó unos ojos profundos y grandes color avellana que lo observaban con preocupación. No pudo evitar examinarla con la mirada; la piel de la chica era pálida y radiante, y su nariz fina y ligeramente respingada captó su atención, pues esta aportaba un aspecto distintivo y hermoso al resto de su delicado y armonioso rostro.

—¿Hola?— Delilah movió con ansias el fornido hombro del hombre.

—Sí— respondió por fin. Sacudió ligeramente su cabeza y miró a su alrededor—. Solo... necesito descansar.

Iba a ponerse de pie por cuenta propia, pero la chica tomó el antebrazo de él para ayudarlo a levantarse.

—Puedes descansar allí— señaló Delilah hacia un muro rocoso cubierto en gran parte por sombra. Lo miraba con desconfianza.

—Suena bien— habló con respiración entrecortada—. Vamos— y caminó hacia el lugar señalado.

La chica iba a decirle que ella seguiría su camino, pero este se alejó antes de que pudiera hacerlo. El hombre tenía un pantalón de vestir color café y una camiseta sin mangas blanca que gracias al haber estado en el agua dejaba al descubierto los anchos hombros y torso de él. Delilah rechinó los dientes y miró una vez más hacia su alrededor, como si en algún momento el paisaje fuera a cambiar. No encontraba una manera de salir de allí, y el hombre, a pesar que no lo conocía, no parecía querer hacerle daño. Si quisiera, ya lo habría hecho. En cambio, se encontraba en la misma situación que ella.