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All my life I was never there
Just a ghost, running scared
Here our dreams aren't made
They're won

Lost in the city of angels
Down in the comfort of strangers
I found myself in the far burned hills
In the land of a billion lights
City Of Angels - 30 Seconds To Mars


Como Pedro había dicho, el auto salió del garaje a una silenciosa calle con casas de lujo. Delilah tragó saliva al ver aquellas viviendas que le recordaban a los lugares que solía frecuentar, incluida su propia morada, antes de escapar a Italia.

El hombre notó que la chica estaba distraída en sus pensamientos no tan placenteros, y decidió encender la radio de su auto. Comenzó a sonar Material Girl de Madonna, haciendo que ambos cruzaran miradas. Pedro estaba un poco avergonzado, y Delilah contenía una risa con todas sus fuerzas hasta que no pudo resistirlo más.

—¡¿Qué?! —preguntó el hombre por encima de la música, intentando ocultar su ofensa.

—Nada, es solo que... —respiró hondo para controlarse— no imaginé que ese fuera el tipo de música que escuchas.

—¿Y qué se supone que debería escuchar, según tú?

—Lo que te plazca —la chica se encogió de hombros y miró por la ventana.

—Me refiero —dijo en tono irritado— a qué tipo de música pensabas que escuchaba.

—No lo sé... A-ha, Bryan Adams, U2... —Pedro fingió dormirse cerrando los ojos y recostándose en el apoyacabezas de la silla. Esto hizo que la chica sacudiera el hombro de él con fuerza porque seguía manejando el auto—. ¡Ve el camino! —gritó con nerviosismo—. Y por el amor de Dios, ve más despacio...

—Lo lamento, pero es imposible no dormirse con esos gustos tan aburridos.

—No son aburridos —refutó, cruzándose de brazos—. Es buena música, pero está bien si prefieres a Madonna.

—Madonna, Cyndi Lauper y, por supuesto, la reina Whitney Houston y el rey Prince. ¿No te gusta?

—Está bien —dijo en tono despreocupado, recordando que su madre solía cantar canciones de aquellos artistas.

—¿Quieres ser cantante, y no te gusta siquiera Whitney Houston? —habló con incredulidad.

—Sí me gusta —respondió con la poca paciencia que le quedaba—, pero la mayoría del tiempo escucho otras cosas. Backstreet Boys, NSYNC, Coldplay, Blink 182...

Pedro interrumpió con un bufido

—En ese caso, hay que instruirte con música de verdad.

Delilah lo miró con expresión de pocos amigos, mordiéndose la lengua.

—Instruirme con música de señoras, querrás decir —dijo la chica en tono sarcástico.

—¿Qué? —Pedro acercó su oído a Delilah con fingida consternación—. No puedo escucharte —subió el volumen de la radio—. Deberías hacer silencio y aprender.

El hombre comenzó a cantar y a mover sus hombros al ritmo de Material Girl y Delilah, que mantenía el ceño fruncido, no pudo contenerse más y rió a carcajadas.

Para grata sorpresa de ambos, el chico que los atendió por la ventanilla del In-N-Out pareció no reconocer a Pedro, por lo que este hizo el pedido con tranquilidad. Continuó el camino hacia el lugar que quería compartir con la chica.

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