ෂ 10

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"Got me fantasizing our initials already"

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Se sentía nervioso, bastante a decir verdad. Jugaba con sus dedos sentado en un enorme y lujoso sillón, en la vida había visto un mueble tan ridículamente caro y no solo era ese, no, todo el departamento de Jungkook estaba decorado con muebles y objetos que él jamás podría comprar.

Había aceptado venir al hogar del pelinegro y ahora que se encontraba allí un sin fin de emociones apretaban su corazón, no sabía muy bien porqué estaba tan ansioso, pero de un momento a otro se sentía tan chiquito en ese enorme lugar.

De pronto sintió como una bola de pelos negro se sentaba en sus piernas y toda la ansiedad que sentía desapareció al ver lo lindo que era.

—Que bonito gatito, ¿eres el hijo de Jungkook? —Se río por su propio comentario y comenzó acariciar al minino con delicadeza, provocando que este frotara su cabeza contra su abdomen y eso solo hizo que su corazón se apretará.

—Gato del demonio, con que aquí estabas. —Por el marco de la puerta apareció el pelinegro con dos copas y una botella de vino en sus manos. Se acercó hacia donde estaba Taehyung y apoyó todo en la pequeña mesa de vidrio.

—No le digas así, es una cosita muy linda, ¿a qué sí? —Le dió una sonrisa al gato entre sus piernas y comenzó a darle pequeños besos en su cabeza.

—Nunca pensé que iba a estar celoso de mi gato. —Un leve sonrojó apareció en las mejillas del rubio y eso provoca una sonrisa de satisfacción en el rostro del boxeador.

—No seas bobo. —Apretó sus labios para no dejar salir una sonrisa y siguió mirando al minino en sus piernas. — ¿Cómo se llama?

—Luismi.

— ¿Luismi?, ¿de Luis Miguel? —Llevó su mano a sus labios y se rió por lo lindo que era el nombre.

—No te rías, mi tía me lo regaló y ella le puso el nombre. —El lindo rubio siguió riendo y no pudo evitar contagiarse de esa hermosa risa.

Siguieron hablando sobre sus vidas y conociéndose más a fondo, era impresionante la forma en que Taehyung se sentía tan cómodo en ese luga, se había sacado sus tacones y había subido las piernas al sillón. Jungkook por otro lado tenía apolllado su brazo en el respaldo y con la otra sostenía una copa de vino.

Ambos estaban cómodos con la presencia del otro y no querían separarse por nada del mundo, era un sentimiento extraño y Jungkook no sabía que hacer.

Claramente había invitado al rubio a su departamento con otras intenciones, unas más sexuales, pero luego de una hora hablando y pasándola tan bien junto al bailarín no había pensado ni una sola vez en lo mucho que quería tenerlo bajo suyo, haciéndolo gemir de placer.

Hace tanto tiempo que no se sentía así, que algo en su corazón comenzó a cambiar sin que se diera cuenta, sin notarlo.

— ¿Y cómo comenzaste a boxear? —Miró al lindo hombre frente a suyo y dejando la copa que tenía entre sus dedos en la mesita de centro le respondió.

—Cuando tenía catorce o quince, solía participar en peleas callejeras para ganar un poco de dinero, vivía con mi tía y sus hijos, y a decir verdad muchas veces el dinero no alcanzaba para alimentar tantas bocas, así que cuando supe que podía ganar dinero a cambio de pelear con otras personas pensé que era el mejor camino para contribuir a la casa, luego de un par de años dió la coincidencia de que un reclutador vió una de mis peleas y me ofreció ser parte de su equipo, no lo tuve que pensar mucho, sabía que si lo hacía bien podría ayudar mucho más a mi tía. —Miró al rubio y este lo miraba con tanta atención que lo animó a seguir hablando.

better man ୨୧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora