S01

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Húmedos lengüetazos son repartidos por toda la extensión de mi mejilla, hago una mueca que se combina con una pequeña sonrisa cuando una naricita, igualmente húmeda, husmea por mi cuello.

Las ruidosas campanas que cuelgan del cuello de mis mascotas son lo que logra despertarme del todo, a tientas busco su suave pelaje aroma a durazno, para acariciarles la oreja.

—Buenos días, Kuku. —Dejo un pequeño beso sobre la cabeza de mi pequeño pomerania marrón, Kai muerde ligeramente mi mano en busca de mimos.

Siempre ha sido un pequeño celoso.

—Lo siento, buenos días a ti también. —Dejo otro beso.

Aunque ya conozca el camino de memoria, al levantarme mis cachorros caminan a mi lado para que no me desvíe y pueda ir al baño. Ya no es tan necesario buscar los objetos a tientas, conozco su lugar a la perfección, es por ello que me molestó mucho cuando Hyunjin entra a jugar a mi cuarto y desordena todo.

Luego de acabar mis necesidades básicas, me acompañan a cambiarme.

Mi madre me deja la ropa lista todos los días sobre mi escritorio, realmente no sé cómo sea el conjunto, o si los colores combinan, o cualquier cosa. Me da completamente igual, no es como si pudiera verla para juzgarla.

Al salir de mi habitación el aroma a café golpea todos mis sentidos, provocando que sonría inconscientemente.

Para caminar por el pasillo si que debo apoyarme de los chicos, en cualquier momento podrían aparecer mis hermanos para noquearme.

Tres veces ya han sido suficientes.

—Buenos días, mi cielo. —Muevo la cabeza hacía dónde provino la voz de mi madre, debe estar cocinando el desayuno.

—Hola mami. —Voy a besarle la mejilla. — ¿Hay alguien más en la cocina?

—No, tu padre tuvo que salir más temprano al trabajo. —Escucho el sonido de un plato siendo dejado en la mesa al momento de sentarme. — Es huevo revuelto con tocino, cuidado con el café, está caliente.

Asiento buscando el tenedor para dar el primer bocado, como siempre la comida de mamá es la mejor, aunque se trate de unos simples huevos revueltos.

—¿Y los niños?

—Fueron a jugar con Yeri, por cierto, la señora Yoo nos invitó a cenar a su casa.

—¿Enserio? Nunca la he conocido. —La silla rechina advirtiéndome que mamá se ha sentado, los cubiertos resuenan.

—Es una gran mujer, invitó a todo el edificio.

—¿Y que estamos celebrando? —Le doy un sorbo al café, no sin antes soplarle.

—No lo sé, simplemente dijo que fuéramos puntuales.

El desayuno transcurre con normalidad, platicas amenas sobre cómo me ha ido en la escuela, yo dándole pequeños trozos de mi comida a Kai y Kuma.

Muchas personas no llegan a apreciar pequeños momentos como estos, o cualquier pequeña situación cotidiana, algunos lo ven como son, momentos normales e irrelevantes. Pero para mí, estos momentos son los más preciados, pasar estos ratos junto a mi familia, me hacen darme cuenta que aún existe belleza en mi vida, no importa que jamás pueda verla nuevamente, porque puedo seguir viviéndola.

—¿Ya te vas? —Pregunto mientras recojo los platos, a mamá no le agrada mucho que lo haga, dice que no es mi obligación. Ciertamente no lo es pero necesito hacer pequeñas cosas como esta para no sentirme inútil.

—Sí, la señora Wang tuvo que salir de emergencia.

Además de ser ama de casa, a lo que mayormente se dedicaba, mi madre trabaja como niñera para varias señoras de la cuadra y vaya que lo disfrutaba, cuando era niña se la pasaba jugando con los niños de la guardería, incluso varias veces trataron de contratarla. Se negó alegando que quería pasar todo su tiempo con su pequeña, o sea yo.

Blind. || Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora