S10

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Y finamente, el dichoso rodeo había terminado.

Tardó mucho más de lo que me hubiese gustado, aún así, disfruté cada momento de este.

No me importó el no presenciar absolutamente nada de lo que pasaba, el tan solo escuchar como mis hermanos coreaban emocionados, fue suficiente para mi. No recordaba la última vez que estuvieron tan felices.

Ahora que el espectáculo había finalizado, sólo nos quedaba volver a casa, algo que a decir verdad, no sabía si quería.

Quedarme junto con Lisa nunca es algo bueno, pero tampoco lo es el regresar a casa con los padres de los gemelos. Hoy fue algo mágico, gracias a que, por unos instantes, pudo olvidarlo todo.

Inclusive el hecho de que, en realidad, no estoy a salvo.

—¿Segura que no vienes, Jen? —Sana me pregunta por cuarta vez, desde que salimos del hipódromo.

—Segura, ya te lo dije, Jeongyeon vendrá por nosotros. —Sonrió.

Me encantaría aceptar su ofrecimiento, quedarme nuevamente a solas con Lisa no es algo que me tranquilice, mucho menos después de lo que hice.

Sigo sintiendo náuseas.

—No me gusta tener que dejarte con ella. —Me estrecha contra su brazos con fuerza, sacudiéndome un poco.

Trato de quitármela se encima pero fallo en el intento.

Sana puede ser muy fuerte si se lo propone.

—Ya, ya, estaré bien. —Logro quitármela de encima, aunque aún mantiene entre sus manos sobre mis hombros. — Anda, que tu mujer debe estarse desesperando.

—Para nada, Jen. —La voz de Tzuyu resuena a mi lado, tomándome desprevenida. Siento unas pequeñas manitas jalar mi pantalón, mis hermanos diciéndome que están aquí Se habían marchado al baño con la taiwanesa. — En realidad, me encantaría que vinieras con nosotras.

—Estoy bien, enserio.

Siento como Sana se aleja de mi, solo para que sus manos que antes se posaban en mis hombros, ahora sean sustituidas por otras mas grandes, pero que ahora se posan en mi espalda baja. 

Curiosamente su toque no me incomoda ni molesta en lo más mínimo.

Que raro. 

—Por favor, insisto, no me siento cómoda dejándote sola con... —Tzuyu hace una pequeña pausa, de un momento a otra la siento mas cerca de mi rostro. Susurrando a mi oído. — Estos mastodontes. 

Respondo con un pequeña risita, sabiendo que se refiere a los guardaespaldas que Lisa me impuso. 

Yo tampoco me siento del todo segura teniéndolos conmigo, muy contradictorio recordando que fue por esa razón que Lisa los dejó conmigo.

No hay nada que quisiera mas que irme con ellos, y poder dejar a esta maldita loca aquí, sola, pero no puedo hacerlo. No quiero que haga nada en contra mía o de mis hermanos, peor aun, en contra de mi amiga, solo porque tuve el atrevimiento de desobedecerla.

No, es mejor así.

Ni siquiera tengo tiempo de darle mi negativa a la taiwanesa, cuando soy alejada de ella de pronto.

Por suerte no logro caer al suelo gracias a los mismos mastodontes que acabo de criticar.

Les doy las gracias a duras penas, alejándome tan rápido como puedo de ellos.

¿Qué ha pasado?

—¡Sana! —Oigo a Tzuyu gritar molesta, dejándome mas confundida.

—¿Por que mierda te le acercas tanto? ¿Quieres con ella acaso? —Me sorprendo en demasía por el tono tan increíblemente molesto de mi amiga. — Y tu.

Blind. || Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora