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Siento mis ojos pesados, como si hubiera dormido más de mil años pero aún me negara a despertar.

Me remuemo sobre las suaves sábanas debajo de mi, un fuerte olor a limpiadores y alcohol colándose en mis fosas nasales. Con cansancio tallo mi ojos, sentándome en el colchón.

Entoy en un consultorio por lo que puedo ver, debí desmayarme, espero, no siento dolor como las vez anterior, así que supongo que no me han drogado está vez.

Debe ser el consultorio de la señora Kim, he venido en varias ocasiones para tener mis chequeos mensuales, aunque nunca lo había visto, es muy lindo, con las paredes pintadas de un limpio blanco, con tonaldidades azul rey.

Da un sensación de elegancia e higiene.

¿Pero porque me desmayé?

Recuerdo perfectamente que llegué junto a Lisa, ella me dejó en el pasillo y después.

Y ví a una mujer llena de sangre, mientras otra estaba en el suelo queriendo escapar de ella...

Me levantó de golpe, buscando a la persona mutilada, o peor aún, a la tipa que la perseguía. Para suerte mía parezco estar completamente sola, sin embargo eso no ayuda realmente a calmarme, sea lo que sea, estando aquí estoy en peligro.

Sé perfectamente lo que ví, lo recuerdo tan vivamente que siento la bilis subir por mi garganta, la sangre cayendo a chorros junto a ese olor fétido, ver la carne expuesta...

Debo dejar de pensar en eso sí no quiero vomitarme.

Un golpe llama mi atención, haciendo que gire hacía la puerta alarmada.

Una mujer rubia me saluda con una sonrisa reconfortante.

No parece alguien peligrosa, aunque considerando que está aquí como si nada, además de que parece ser conocida de Lisa, no me da buena espina.

—Veo que ya despertaste, es bueno poder saludarte. —Dice caminando hacia a mi.

Trato de mantenerme firme en mi sitio, sin poder ocultar en absoluto el temblor de mi cuerpo, estoy muerta de miedo.

—Lamento lo que pasó hace un momento, ese fue un mal paciente. —La rubia pasa de largo de mi, caminando a la cortina situada a un lado de la cama.

Ni siquiera la noté.

La abre dejando ver a la misma mujer de hace un momento, completamente dormida con vendas cubriendo toda la parte superior de su cuerpo.

—Por suerte Jisoo logró calmarla, realmente le duele cuando no puede ayudarlos. —Comenta sonriendo, volviendo a cerrar la cortina, ahí es cuando noto que ésta habitación está repleta de cortinas, deben haber más pacientes aquí. — Olvidé presentarme, Roseanne Kim, un placer. Puedes llamarme Rosé.

Extiende su mano hacia mi, esperando que la tome, me alejo un poco dándole una clara señal de mi rechazo.

¿Lo que ví hace rato fue un mal entendido?

Su sonrisa decae volviéndose una expresión genuina de tristeza.

—Soy Jennie. —Respondo secas.

—Ya lo sabía, Lisa me contó todo, adelante ven, debo mostrarte el lugar para que empieces a trabajar. —Nuevamente con una sonrisa en su rostro, camina afuera de la habitación, le doy una última mirada al lugar antes de seguirla.

Ese hombre parece estar mejor, y este lugar es menos macabro de lo que parece.

¿Será que realmente malinterpreté la situación?

Por el bien de mi salud tanto física como emocional, espero que haya sido así.

Al salir de cuidados intensivos, entramos a un largo pasillo con distintas puertas, en ellas hay placas con diferentes palabras, unas dicen consultorio, sala de cirugía, farmacia, y finalmente dónde nos detuvimos, en la oficina.

Blind. || Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora