Capítulo 2

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Perspectiva de Elizabeth

Tras varios extenuantes meses de filmación para la película "Doctor Strange in the Multiverse of Madness," finalmente logré disfrutar de un merecido descanso. Me dediqué a cuidar mi casa, mis plantas y compartí tiempo con mis hermanas, quienes decidieron visitarme por una semana. Siempre he tenido el apoyo inquebrantable de mi familia, a pesar de la fama de mis hermanas. He forjado mi propio camino en la actuación y actualmente me encuentro en el mejor momento de mi carrera.

Sin embargo, pronto recibí una llamada para un nuevo proyecto. Esta vez, sería algo diferente a los superhéroes y la magia, ya que se trataba de una historia basada en eventos reales con un enfoque oscuro. La oportunidad de explorar un guion con un tono incómodo, pero a la vez intrigante me atrajo de inmediato. Había una fuerza magnética en la historia que no podía resistir.

Mientras volvía a casa después de llevar a mis hermanas al aeropuerto, mientras conducía por la carretera, escuché un sonido que llamó mi atención. "Fsssshhhh". "Oh no, esto no parece bueno", pensé para mí misma. Rápidamente busqué un lugar donde detenerme en el costado de la carretera y, con precaución, detuve el auto. Al bajar, revisé cada uno de los neumáticos y descubrí que la rueda delantera izquierda estaba completamente pinchada. "Perfecto".

Fui a la parte trasera del auto para buscar las balizas y las herramientas necesarias para cambiar el neumático, pero solo encontré las balizas y ninguna herramienta para cambiar la llanta. "Estupendo", murmuré sarcásticamente.

Cuando saqué mi teléfono del bolsillo para pedir ayuda, noté que un automóvil se detenía detrás de mí.

Perspectiva de T/N

El viaje de vuelta a Los Ángeles transcurrió sin problemas, aunque fue agotador. No había dormido mucho, ya que estuve revisando algunos documentos relacionados con el proyecto que me habían ofrecido. Era una historia basada en hechos reales, con un tono trágico, oscuro y violento, justo mi estilo de trabajo.

Luego de recoger mi maleta, me dirigí al estacionamiento para recuperar mi auto que había dejado antes de viajar a España. Al sentarme al volante, sentí el cansancio acumulado por el viaje y me di cuenta de que pronto sería de noche. "Una ducha y a la cama", suspiré.

Después de unos 15 minutos de conducir, vi un automóvil detenido en el costado de la carretera. Decidí reducir la velocidad para ver si la persona necesitaba ayuda. Me coloqué lentamente detrás de su auto y noté que la persona me resultaba familiar. '¿Ella es...?' pensé.

Cuando me detuve por completo, la reconocí de inmediato. "Sí, ¡es ella!", pensé emocionada y nerviosa mientras bajaba de mi auto y me acercaba a ella.

Noté que tenía una expresión de preocupación y cautela en su rostro, así que mantuve mi distancia y le pregunté: "Hola, ¿necesitas ayuda?".

Al principio, ella solo me miró como si tratara de descifrar si mis intenciones eran genuinas o no. Pacientemente, con una sonrisa, esperé su respuesta.

"Ehm, sí, hola. Lo siento, mi auto tiene un neumático pinchado y necesito ayuda para cambiarlo", respondió finalmente. Entonces, acercándome lentamente, le dije: "Yo puedo ayudarte sin problemas. ¿Tienes tus herramientas?".

"Busqué en la cajuela del auto y no encontré nada", me dijo decepcionada.

"No te preocupes, yo tengo las mías. Déjame buscarlas en mi auto y vuelvo". Con una sonrisa, ella dijo: "Gracias".

Fui a la parte trasera de mi auto, con el corazón latiendo fuertemente. 'Tranquila, es una persona como cualquier otra, a la que admiras mucho y te parece hermosa, pero es como cualquier otra persona', me repetí a mí misma para calmarme.

Con mis herramientas en mano, regresé junto a ella y comencé a ubicar las cosas. Ella ya había sacado su neumático de repuesto, así que empecé a aflojar las tuercas de la rueda pinchada. Luego, coloqué el gato hidráulico bajo el auto y lentamente comencé a levantarlo. Mientras el auto se elevaba, ella me preguntó: "¿Sabes de autos? Pareces una experta". Sonriendo, le respondí: "Lo básico y algunas cosas que me enseñaron por ahí".

Cuando el auto estuvo a la altura adecuada, saqué las tuercas una a una y luego el neumático pinchado. Lo coloqué debajo del auto, junto al gato hidráulico, como precaución para evitar una caída inesperada. "¿Cómo te llamas?", preguntó. " T/N, ¿y tú?", respondí. "¿En serio no sabes quién soy?", dijo entre risas. "Bueno, sí sé quién eres, pero no quiero ser irrespetuosa ni hacerte sentir incómoda asumiendo cosas sin conocerte adecuadamente", respondí con una sonrisa nerviosa.

Hubo un momento de silencio, luego levanté la mirada y me encontré con sus ojos, los más hermosos que había visto en mi vida. Eran verdes como un bosque, cautivadores y profundos. Su mirada estaba fija en mí, pero no podía entender la expresión en su rostro. Abrió la boca, luego la cerró, aclaró su garganta y, después de un suspiro, dijo: "Lo siento, estoy tan acostumbrada a que la gente se me acerque y me hable como si me conociera completamente, incluso si ni siquiera los conozco. A veces es halagador, pero en otras ocasiones me siento incómoda cuando hay mucha gente o tengo que hablar con desconocidos. Así que gracias. Soy Elizabeth".

Me puse de pie y noté que era mucho más alta que ella. "Te ofrecería mi mano para estrecharla, pero la tengo sucia. Mucho gusto, Elizabeth", dije haciendo una V con los dedos como un gesto amistoso (el signo de amor y paz). Entre risas, ella hizo el mismo gesto con la mano. "Mucho gusto, T/N. Eres muy alta", comentó. Solté una risa y, notando que mis nervios se disipaban, simplemente respondí: "Solo un poco, mido 5'11 (180 cm)". Volvió a reír y dijo: "¡Jaja, pues yo mido 5'6!". Simplemente sonreímos.

Continué con mi tarea, colocando el neumático de repuesto y apretando las tuercas con las manos para que la rueda no se moviera. Saqué el neumático pinchado de debajo del auto y lo bajé lentamente con el gato hidráulico. Una vez que la rueda tocó el suelo, retiré el gato hidráulico y apreté las tuercas firmemente con la llave de cruz.

"Muy bien, solo queda guardar tu neumático pinchado y todo estará listo". Coloqué el neumático en la parte trasera de su auto, limpié mis manos con un trapo que tenía entre mis herramientas y noté que el atardecer se acercaba. Los últimos rayos del sol iluminaban el rostro de Elizabeth de una manera que realzaba aún más su belleza. Sus pecas estaban dispersas delicada y perfectamente en su rostro, y el brillo en sus ojos resultaba hipnotizante. Sacándome de mi trance, ella dijo: "Realmente te agradezco, si no te hubieras detenido, habría estado aquí mucho más tiempo".

"No hay de qué, me alegra poder haberte ayudado". Por un momento, nos miramos en silencio, así que antes de que los nervios me afectaran, hablé de nuevo: "Me alegra haber podido ayudarte. Maneja con cuidado, Elizabeth".

"Espera, déjame recompensarte por tu ayuda", dijo apresuradamente.

"No hace falta de verdad". Una vez más, insistió: "por favor, déjame invitarte a tomar un café o algo".

Notando su insistencia, acepté y respondí: "soy más del tipo de persona que toma 'té', pero puedo aceptar un café". "Genial, yo también prefiero el té". Dijo sonriendo. "Dame tu número de teléfono y te enviaré la dirección de un lugar estupendo que sirven té". Intercambiamos números y decidimos encontrarnos en el lugar.

Para calmar los nervios y asimilar lo que había sucedido, esperé a que se alejara con su auto. Después de unos minutos, ingresé la dirección en el GPS y emprendí mi camino para compartir un té con la persona que jamás esperé conocer, Elizabeth Olsen.



...

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V

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