Capítulo 10

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Perspectiva de Lizzie

El viaje hacia el Mirador Mulhonlland fue tranquilo. Esperaba sentirme incómoda en la moto, pero la seguridad de T/N al conducirla me hizo sentir segura y relajada. Llegar nos tomó 20 minutos y la vista hasta el mirador era increíble. El sol se escondía lentamente en el horizonte, y el viento fresco nos acariciaba el rostro mientras subíamos por las serpenteantes carreteras de Mulholland Drive.

Una vez que llegamos a la cima, aparcamos la moto y buscamos un lugar para sentarnos. La belleza natural del lugar y su ambiente relajado generaban una comodidad instantánea, alejándonos del bullicio de la ciudad.

Pasamos unos minutos en silencio, disfrutando de la vista panorámica de la ciudad que poco a poco se iba iluminando con las luces de las calles y los edificios. Con el sol despidiéndose en el horizonte, el cielo se pintaba de tonos cálidos. Hasta se podía apreciar el resplandor del atardecer en el Océano Pacífico. Era un paisaje mágico, digno de admirar.

En ese momento, T/N sacó su cámara de su mochila, la misma que usó aquella otra tarde en la playa

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En ese momento, T/N sacó su cámara de su mochila, la misma que usó aquella otra tarde en la playa. Me encantaba verla tomar fotos de este espectáculo; se estaba convirtiendo en una de mis actividades favoritas para compartir con ella. El brillo en sus ojos mientras hacía lo que le gustaba me hacía sentir afortunada por ser testigo de cómo se perdía en su mundo. Cuando volteó a mirarme, me di cuenta de que me ha pillado observarla fijamente, con los cachetes encendidos le sonrío, intentando disimular mi sonrojo.

"¿Qué te parece la vista?", me preguntó. Estaba agradecida de que no hiciera comentarios sobre mi mirada tan intensa.

"Es absolutamente hermosa. Nunca había estado aquí por la tarde. Los colores del atardecer junto con las luces de la ciudad hacen que todo se sienta mágico", dije, realmente asombrada por el lugar.

"Me alegra. Este es uno de mis lugares favoritos para disfrutar del silencio, cuando necesito despejar mi mente. Aparte de la playa, por supuesto", confesó.

Al igual que compartimos una taza de té en uno de mis lugares favoritos, ahora tenía la oportunidad de compartir uno de los lugares especiales de T/N, lo que me hizo sentir especial. "Gracias por compartir tu rincón secreto conmigo. Creo que disfrutar de un atardecer se convirtió en nuestra actividad".

"Tienes razón, ahora es algo nuestro. Y la verdad quería tener un momento tranquilo contigo antes de zambullirnos en el estrés de la filmación", comentó, con esa sonrisa que me hacía querer conocerla más y más.

Eso me llenó de alegría, porque sabía que ambas nos considerábamos importantes la una para la otra. Nos miramos en silencio, ambas sonriendo, disfrutando de la compañía mutua y el silencio de las colinas. Rompiendo el silencio, T/N dice, "creo que llegó el momento de hacerte algunas 'preguntas policiales', con una sonrisa casi malvada.

"Oh no, pensé que tenía más tiempo para prepararme", bromeé.

"Bueno, te daré otros 10 segundos", continuó mi broma.

Luces, cámara, amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora