Capítulo 18

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Perspectiva de T/N

Escuchar a Lizzie decir mi nombre entre gemidos se convirtió en mi sonido favorito. Lentamente, fui cubriendo su cuerpo con suaves besos, pasando por sus labios, mejilla y cuello. Luego, besé sus hombros y brazos, descendiendo hasta llegar a su panza cerca del ombligo. Cada beso iba acompañado de caricias suaves de mis dedos que rozaban su piel en los costados y las piernas. Sentir su piel estremecerse ante el contacto hacía que mis besos fueran un poco más intensos.

Mis labios luego se dirigieron a la parte interna de sus muslos, y Lizzie me daba espacio al abrir más sus piernas. Su respiración se agitaba cada vez más, soltando gemidos profundos. Tomé sus manos y les di un leve apretón para llamar su atención, notando el deseo en su mirada. Sin dejar de mirarla, pasé suavemente mi lengua sobre su clítoris, provocando una reacción inmediata. Cerró los ojos, soltó un gemido y apretó nuestras manos entrelazadas, dejando su boca entreabierta.

Haciendo círculos lentos con mi lengua, estimulé su clítoris, aumentando su placer. Su espalda se arqueaba, buscando acercar su centro a mí. Sus gemidos me animaban a lamer y besar con más intensidad. Deslicé mi lengua entre sus pliegues mojados, saboreando su excitación, para luego volver a su clítoris. Introduje dos dedos lentamente en ella, doblándolos mientras los sacaba y los volvía a meter. Poco a poco aumenté el ritmo, intensificando su placer. Sus manos se enredaron en mi cabello, empujando mi cabeza aún más hacia ella.

Coloqué sus piernas sobre mis hombros para cambiar la posición y empujar mis dedos más profundo. Lizzie movía sus caderas con entusiasmo, acompañando mis movimientos. Retiré lentamente mis dedos para reemplazarlos con mi lengua, introduciéndola lo más profundo posible. Mis dedos húmedos seguían estimulando su clítoris. "Sí, así. No pares, por favor, T/N no pares", susurró entre gemidos que llenaban la habitación.

Con una mano sujetando su cadera, coordiné los movimientos de mi lengua y dedos. Aumenté la intensidad, acercándonos al segundo orgasmo de Lizzie. Sus caderas se elevaron, su cuerpo se tensó, y un gemido fuerte acompañado de mi nombre indicó la llegada de un poderoso orgasmo. Cuando su cuerpo se relajó, disminuí mis movimientos para permitir que los últimos espasmos se disiparan. La respiración de Lizzie se calmó, soltando suaves gemidos.

Sus ojos apenas se abrían, encontrándose con mi mirada llena de satisfacción por el placer que le había dado. Con cuidado, limpié con mi lengua los restos entre sus piernas y, con mis dedos, me limpié la cara para luego lamerlos. Me moví hacia su lado, y en ese momento, todo pareció detenerse. Lizzie tomó mi rostro entre sus manos, y nuestras miradas reflejaban adoración y ternura. Me dio un beso suave pero intenso en los labios, seguido de un abrazo que nos acercó más. Acomodé nuestros cuerpos de lado para abrazarla mejor, entrelazando nuestras piernas y acariciando suavemente su espalda. Estuvimos así unos minutos hasta que la voz de Lizzie rompió la tranquilidad de la habitación. "T/N, eso fue... ni siquiera sé cómo describirlo", suspiró.

"¿Bueno?", pregunté con una sonrisa. Lizzie soltó una risita.

"¿Bueno?", repitió. "Esto fue mucho más que bueno, no hay comparación con lo que alguna vez sentí, T/N. Fue maravilloso, grandioso, explosivo. Fueron tantas cosas que..." soltó otras risas.

Interrumpí nuestro momento, moviéndome para levantarme, y Lizzie me miró confundida. "Espera aquí, ya vuelvo", dije suavemente, dándole un pequeño beso. Fui al baño a buscar un pequeño paño para limpiarla. Regresé a la habitación y suavemente pasé el paño, cuidando de no hacer mucha presión entre sus muslos y centro aún sensibles. Con los ojos casi cerrados, Lizzie dijo susurrando, "gracias".

Me acosté nuevamente a su lado; ella automáticamente puso su cabeza en mi pecho, abrazando mi cintura y colocando sus piernas entre las mías. Con un último beso en su cabeza y acariciando su cuerpo con mis dedos, dije, "buenas noches, hermosa".

Luces, cámara, amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora