una vida sin ti [ supercorp]

capítulo 12

Lena.

Después de aquella tarde tan reveladora Kara y yo nos acercamos más, los besos eran cada vez más frecuentes y las caricia bueno era imposible tener mis manos quietas y es que simplemente me encantaba mi rubia, quería sentirla de todas las formas.

- si sigues besándome así no sé si pueda contenerme - digo entre el beso.

- entonces no te contengas - gimo al sentir como se frota en mi miembro.

- eres muy mala sabes que no puedo, estamos en la oficina - deja de besarme para besar mi cuello.

- eso no es impedimento, te necesito - agarra mi mano y la lleva a su intimidad, gruñó al sentirla tan mojada.

- Kara... - estaba perdiendo la poca cordura que tenía.

- ¿acaso no me deseas? - dice con algo de miedo y se separa de mi.

- ¿que..? no es eso, no ves como me tienes, solo no es el lugar adecuado y no tengo condones aquí - se vuelve acercar a mi con una mirada que me estremece.

- por eso no hay problema, estoy tomando pastillas porque quiero sentirte en su totalidad sin nada de por medio - que dijera eso me hizo endurecer más.

Veo como va desabrochando su blusa dejando ver sus hermosos pechos, se quita la ropa tan sensualmente que me deja totalmente idiota, se acerca a mi.

- alguien está pidiendo atención - acaricia mi miembro y hace que gima, le hago una señal que aguarde un momento pero no hace caso. cuando veo la tengo de rodillas ante mi está vista hacía que me excitara más, desabrocha mis pantalones y sin previo aviso lambe mi miembro encima de mi boxer haciendo que otro gemido salga de mi, trato de recuperar un poco de cordura, agarro el teléfono

- Jess... q-que... nadie me... m-moleste - digo entre cortada pues Kara había empezado a estimular mi miembro y el placer que sentía dificultaba mi habla. - s-si... estoy bien, no quiero que me molesten... entendido - no dejo que conteste cuando cuelgo y me dejó llevar por el placer.

Cuando siento que estoy por venirme la detengo, ella me ve alzando una ceja.

- creo que no has entendido, la que lleva el control aquí soy yo, haré lo que yo quiera y tú obedecerás o te quedarás con ganas de nuevo, ¿quieres eso? - que me hablara así tan dominante hizo que mi miembro palpitara por la excitación, así que solo negué sin poder hablar.