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Taehyung sonrió cuando vio la vestimenta que su madre había elegido para él esa noche

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Taehyung sonrió cuando vio la vestimenta que su madre había elegido para él esa noche. Era una prenda única, hecha con las mejores telas del palacio y las mejores manos costureras de la región. Ni siquiera las pinturas traídas de Europa podían compararse a la pieza única hecha para el omega. El traje era de un blanco tan pulcro que no existía imperfección alguna y unos trazos finos de color oro que hacían relucir la pieza por completo. Como accesorios agregados, desfilaban frente a él unos guantes de color blanco y una tiara de color oro que mantenía ligeros pétalos de flores grabados como dibujos etéreos en cada rincón. También existía una capa que iba a juego con la vestimenta, pero aquello solo estaba permitido para la familia real, por lo que habían dejado de lado aquella prenda. Los zapatos eran cómodos y le permitían bailar sin problema, algo que el azabache agradeció, pues tenía pensado estar en el centro del salón toda la noche.

Jimin quedó maravillado por igual. Sus ojos brillaban cuando observaba al omega desfilando de un lado a otro con su traje especial. Su manera de caminar era elegante y sus gestos con sutil coquetería moldeaban su personalidad en la adecuada presencia de un omega de la nobleza. Si la corona de flores que llevaba sobre sus cabellos cambiaba a la corona real, era más que seguro que el omega se vería como un buen líder frente a su pueblo y frente a las demás naciones.

—Te ves hermoso, mi niño —exclamó su madre—. Tal cual una pieza esculpida por el mejor escultor. Impresionarás a todos en el baile, de eso estoy completamente segura.

—Tu madre tiene razón, querido Taehyung —comentó Jimin, después de tomar las manos del menor—. Te ves precioso y estoy seguro de que todos en el palacio caerán hechizados por tu belleza.

El azabache se ruborizó por los halagos de su mejor amigo y volvió a observarse en el espejo. Su figura era completamente diferente a sus días habituales, pues las omegas se habían encargado, por orden de su madre, de embellecerlo de pies a cabeza para aquella noche especial. No podía presentar alguna queja sobre las horas que había tardado encerrado en su habitación, pues todo había terminado de manera favorecedora para él. Y su amigo, quien vestía de forma elegante, también se veía bellísimo. Su traje era de un color diferente al suyo, uno que iba a juego con sus hermosos ojos y la corona que llevaba sobre su cabello rubio era uno más lujoso, lleno de piedras preciosas y traída exclusivamente de Busan. Su apariencia era superior en elegancia y lujo, tanto que Taehyung se sintió pequeño frente a él, pero la mirada de Jimin le indicó que no existía alguna rivalidad o superioridad entre ellos, solo una bella amistad que los dejaba en el mismo nivel en todos los aspectos, hasta en su presentación para tan importante baile.

—¿Creen que le guste al príncipe Hoseok? —preguntó con timidez, totalmente expectante a la reacción del alfa.

—El príncipe no dejará de halagarte en todo el baile. Si existiese un límite para el amor que siente por ti, seguramente hoy rompería toda barrera.

Crown ; hopev.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora