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Taehyung volvió a mirar el horizonte, mientras una ráfaga de viento paseaba a través de su rostro

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Taehyung volvió a mirar el horizonte, mientras una ráfaga de viento paseaba a través de su rostro. Sus ojos azules se hallaban apagados por la tristeza e incertidumbre que consumía su alma hasta hacerle llorar cada semana. Mientras su corazón se mantenía agobiado por la falta de noticias, su mente divagaba en las cartas sin respuesta que había enviado constantemente hacia el frente de batalla. Mientras él se mantenía intranquilo y ansioso en aquel lugar, su novio se hallaba combatiendo entre feroces cambiaformas que deseaban invadirlos sin mostrar piedad.

La situación era desesperante a tal punto de mantener su cordura prendiendo de un hilo, pero la esperanza de hallar a su pareja nuevamente frente a él, era lo único que lo mantenía de pie en aquel palacio. Mientras los meses pasaban y la ausencia de Minjae se acentuaba en su vida, el menor no sabía hacia dónde dirigirse. Su única preocupación era conocer el paradero actual del guerrero, sin importar que estuviera demasiado alejado de sus posibilidades; pues, más allá de ello, todo a su alrededor estaba yendo de manera correcta y natural, como siempre. La mayoría de los alfas de la manada habían partido hacia la lucha, incluyendo a su padre y el príncipe Hoseok, quienes comandaban el ejército y planeaban estrategias certeras para su triunfo contra los enemigos.

Su padre, consistentemente, enviaba cartas y avisos sobre su bienestar, describiendo la dura batalla que estaba acabando con sus fuerzas y la victoria que pronto se alzaría frente a ellos, cuando lograran aplastar el último escuadrón de la manada enemiga. Las noticias del bienestar del príncipe Jung se dejaban escuchar por todo el palacio, pues los mensajes reales llegaban cada quincena, sin falta. Por un lado, Taehyung se sentía sumamente aliviado de que ninguno de los dos haya recibido daño mortal en pleno combate. Pero, por otro, se sentía temeroso por la vida de su novio, quien había dejado de enviarle cartas desde el segundo mes de su partida. Una partida inminente que ni siquiera Hoseok pudo detener. Ni siquiera el pedido del príncipe había logrado detener las órdenes de su orgulloso padre y, cuando menos se lo esperó, los vio partir hacia las fronteras del reino.

La pesadumbre seguía ensombreciendo su felicidad desde aquel día y solo esperaba, con el corazón entristecido, que los tres regresaran a salvo de esa infernal guerra.

—Te ves tan triste como si hubieses quedado viudo, cariño, y todavía no te has casado. —La voz de su madre lo sorprendió. Ella lucía radiante y tranquila, como si la vida de su esposo no estuviera en riesgo.

—Estoy preocupado por papá.

La mujer acomodó su vestido y tomó asiento junto a su hijo. Su cuerpo había sido recién perfumado por las fragancias florales de su baño matutino y los jabones perfumados que su esposo le había traído de su anterior viaje. Viendo a su madre, Taehyung pudo vislumbrar que los años no habían pasado por ella con tanta notoriedad como se había imaginado. La mujer seguía viéndose bella y joven, tanto que lograba confundirse con alguien menor, a pesar de su edad adulta.

Crown ; hopev.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora