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El ambiente cambió de un momento a otro, los murmullos comenzaron a escucharse en el salón y las miradas de los presentes se posaron, sin mesura, sobre la pareja

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El ambiente cambió de un momento a otro, los murmullos comenzaron a escucharse en el salón y las miradas de los presentes se posaron, sin mesura, sobre la pareja. No existió más que el juicio crítico de la mayoría de invitados y el resentimiento escondido de la autoridad máxima de la nación. Pero, pese a ello, y a todos los malos pensamientos evidentes de muchos cambiaformas, Hoseok no dejó ir la mano de su omega, ni lo escondió de la mirada interrogativa del público. Simplemente se dejó llevar por sus deseos y acompañó al menor hasta situarlo en el centro de la pista de baile. Tomó sus manos con delicadeza, acarició su cintura y en unos segundos de tranquilidad ordenó el comienzo de la sinfonía.

Una suave melodía resonó acompañado de un poderoso violín. Taehyung bajó la mirada, luciendo avergonzado por el comienzo de un baile que había esperado desde el día anterior, pero que no creyó capaz de realizarse luego de la maniobra orquestada por la esposa del rey. Sus pasos fueron inseguros al principio, pero el alfa, totalmente conocedor del baile y siendo amante de la música, lo guio con elegancia por el salón, llevándolo de un lado a otro, dominando la pieza y dejándole una tranquilidad y felicidad que había estado buscando desde horas atrás.

El príncipe ignoró por completo la mirada furibunda de su padre, al igual que los comentarios casi silenciosos de los invitados. Ignoró el hecho de que muchos juzgaban su manera precipitada de presentar a su omega, pues no le importaba en absoluto reparar en sus ofensas, cuando el hombre que había conquistado su corazón desde hacía más de cinco años estaba justo en sus brazos, danzando al son de la música.

—Todos ellos me están juzgando justo ahora —mencionó en medio del baile—. ¿Usted también lo percibe, su Majestad?

Los pasos del mayor se ralentizaron, su cuerpo se balanceó con más lentitud, pues deseaba tener un poco más de aquella conversación, deseaba comentarle sobre lo poco que le importaba la opinión ajena y sobre lo mucho que adoraba tenerlo consigo en un momento tan crucial para su vida. Hoseok no era corto en palabras, por lo que deseó consolarlo con mensajes verídicos y serenos: —Juzgan sin conocer, mi amado Sapir —respondió—, ellos solo ven por su soberbia, mas no por mi propia felicidad.

—¿Su felicidad es bailar conmigo, príncipe?

Hoseok sonrió, mientras se inclinaba hacia su rostro.

—Mi felicidad eres tú, Taehyung.

El omega sonrió ante sus palabras y dejó que la cercanía entre ambos se acentúe con los minutos siguientes. La música continuó unos momentos más hasta que fue imposible seguir más allá de lo establecido. Hoseok se detuvo cuando la última tecla del piano se escuchó y dio una reverencia hacia su padre, pues respetaba su posición pese a todo. Taehyung hizo lo propio y se dejó guiar por el alfa una vez que el baile culminó.

A pesar de que su baile había durado un poco más de cuatro minutos, ningún otro tiempo fue necesario para esclarecer el mensaje que había dado el propio príncipe con aquella acción: su omega ya había sido elegido, por lo que nadie más podría pelear por su atención.

Crown ; hopev.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora