5.

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—Dímelo otra vez.

Taehyung se alegra de que su caballo esté unos metros detrás del de Yoongi para que el príncipe no pueda verle poner los ojos en blanco.

—¿Es en serio, hyung?

Yoongi le devuelve la mirada.

—Sí, en serio.

Taehyung suelta un suspiro nervioso— Bien, ¿por dónde empiezo?

—Por su sonrisa.

—Brillante. En forma de corazón. Tiene unos dientes perfectos, completamente rectos y blancos. Toda su cara se ilumina cuando lo hace y sus ojos se convierten en pequeñas lunas crecientes laterales.

Yoongi mira hacia delante y no puede evitar sonreír ante el pensamiento, sintiendo que su pecho se agita.

—Vale... su risa.

—Fuerte. Tiene una forma de carcajear, si te soy sincero. No es nada delicado.

—Sus ojos.

—Hyung. Suficiente. Tienes que dejar algo como sorpresa. El Príncipe Hoseok es una persona maravillosa. Pero mis palabras no pueden hacerle la debida justicia.

—Y estás distraído con la idea de ver a otro cierto omega —dice Yoongi a sabiendas— Lo que te dificulta pensar en otro omega como para complacerme.

Taehyung lanza un suspiro.

—Desde luego que no estoy pensando en el cortejo elegido por la princesa heredera.

—Por favor.

—¿Por favor qué?

—No soy tan estúpido como te gusta pensar que soy, Taehyung ah.

Taehyung no responde, en vez de eso se pone a trotar delante del príncipe. La perspectiva de ver a Seokjin es estimulante y aterradora a partes iguales. Lo ha anhelado cada día desde que lo dejó, pero ver a Seokjin con otro alfa podría ser demasiado para su corazón -y para su lobo interior-. Y sabe que nunca podrá competir con la Princesa Mijoo, así que ni siquiera guarda una vela de esperanza.

Todo lo que tiene ahora son recuerdos.

Acampan a un día de la frontera de Chungsu, pescan en un arroyo y asan las criaturas de agua dulce en el fuego. A su alrededor, los grillos cantan su melodía tranquilizadora de finales de verano, y Taehyung no puede evitar fijarse en la mirada preocupada de su amigo.

—¿Qué te preocupa, hyung? —pregunta con cuidado.

—Y si... —Yoongi suspira— ¿Y si los dioses se equivocan? ¿Y si tomo la decisión equivocada? ¿Y si... y si llego allí y no sé si el príncipe Hoseok es o no mi verdadera pareja?

—Hyung —Taehyung suspir—, piensa en todas las razones por las que no te equivocas. Pasas años soñando con girasoles. Entonces, de repente, un príncipe del reino donde los girasoles son el orgullo de la nación se presenta como omega. Has guardado el girasol que eligió para ti bajo tu almohada cada noche durante dos años sin darte cuenta. Es demasiado obvio para ser una coincidencia. Habla en serio.

—Aun así —dice Yoongi suavemente— los parcas me dijeron que los dioses a veces juegan con nuestras cabezas.

—Creo que esto va más allá de los dioses —implora Namjoon— Tu lobo interior está intentando por todos los medios guiarte hacia tu verdadera pareja. Porque ellos son tu verdadero norte, así que siempre los estarás buscando pase lo que pase. Así que deja que esto ocurra. Tengo muy pocas dudas de que acabará siendo lo mejor.

Terminan de comer y se van a dormir. Taehyung apenas tiene tiempo de desenrollar la sábana antes de quedarse dormido tras el largo viaje.

Yoongi saca un libro de su mochila y se tumba en su propia cama con él entre las manos.

Blooming [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora