A su alrededor, todos empiezan a beber vino y a festejar, pero Yoongi se resiste. Se niega a beber vino hasta compartir una copa con Hoseok, como es tradición. Quiere que sus sentidos estén completamente despejados y agudizados cuando vuelva a ver a su compañero.
Pasan un par de horas antes de que el rey reaparezca y la cena empieza a ser servida en bandejas de plata por sirvientes finamente vestidos. El silencio se apodera de la multitud cuando el rey sube al estrado, mucho menos agotado que la última vez que Yoongi lo vio en los setos, mucho más relajado y radiante de alegría.
—Amigos míos —se dirige a ellos cordialmente— Antes de empezar las celebraciones de esta noche, quería darles las gracias a todos por viajar desde sus tierras para unirse a nosotros. Sé que los viajes han sido largos, pero espero que hayan disfrutado de todo lo que Chungsu tenía que ofrecerles mientras estaban aquí. Todos son bienvenidos a quedarse en la ciudad hasta el fin de semana, si quieren, antes de seguir su camino.
Yoongi espera que ningún otro alfa acepte su oferta, pues quiere que se vayan cuanto antes.
—Mi hijo está de camino para reunirse con nosotros. Como saben, es tradición que el omega floreciente elija a su pareja antes que todos nosotros. Una vez hecho el anuncio, por favor, disfruten de una noche llena de comida, vino y baile para celebrar la nueva unión.
Yoongi se anima al oír eso, siente un cosquilleo en la piel y la sangre le corre excitada por las venas. Hoseok se acerca, puede sentirlo, como el piar de los primeros pájaros en la oscuridad que señalan el regreso del sol al horizonte.
—Les pido que me ayuden a dar la bienvenida a mi hijo, el Príncipe Jung Hoseok.
Un silencio asombrado cae sobre el salón de baile cuando Hoseok emerge con su madre, la reina.
Lleva una túnica rojo rubí que ondea maravillosamente alrededor de su cuerpo ágil y bronceado, mostrando sus fuertes pantorrillas y sus hermosos y delicados hombros.
Yoongi lucha contra las ganas de aullar. Taehyung le pone una mano en el hombro y lo aprieta, manteniéndolo en su sitio en lugar de precipitarse hacia el nuevo centro de su universo.
Hoseok evita cuidadosamente mirarle, lo que vuelve loco a Yoongi. Quiere su mirada en él. Quiere toda su atención, egoístamente.
El bello omega sube al estrado para situarse junto al Rey, y Yoongi espera a que la duda o la preocupación inunden su pecho, el pánico de que no le haya elegido, de que quizá haya alucinado con su encuentro anterior, pero no llega. No llega, porque nunca antes en su vida había estado tan seguro de nada.
Hoseok lo elegirá. Sabe que lo hará.
El omega se inclina cortésmente ante los aplausos, antes de enderezarse para dirigirse al público— Quiero darles las gracias a todos, no sólo a los alfas, por venir a Chungsu a celebrarlo conmigo. Este florecimiento será un día que siempre recordaré con cariño, por los maravillosos regalos y la hospitalidad que todos me han brindado. Aunque no los elija esta noche, consideren esto una extensión de la amistad; espero que las alianzas entre todos nuestros reinos sean más fuertes después de este día —sonríe, mirando nerviosamente la copa— Diplomacia aparte, hoy se trataba de encontrar a mi verdadera pareja. Y si los dioses quieren, me alegra decir que la he encontrado —mira a su espalda, a su madre y a su padre, que le dan ánimos con la cabeza.
Levanta la copa por encima de su cabeza y cierra los ojos en señal de reverencia— Que los dioses me sonrían hoy; que me guíen hacia mi verdadera pareja y nada menos —se lleva la copa a los labios y bebe un sorbo generoso del dulce líquido rojo. Asiente con la cabeza y oye los pasos ligeros de su madre acercándose.
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Blooming [YoonSeok]
Short StoryYoongi, el príncipe de Seoyong, es conocido por ser un guerrero temido y respetado en todo el reino. Nunca ha tenido grandes ideas sobre el amor, pero los dioses siguen enviándole visiones de los girasoles de Chungsu. Sabe que debe seguir su corazón...