thirteen

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⚠️ escenas +18

"El clásico😍"

Valentín miraba esa historia disgustado, era de su novio con una amiga que conoció en una joda. Ella tenía la remera de huracán, mientras que Agustín tenía la de San Lorenzo.

No estaba celoso, no podía estarlo. Era solo una foto con una de sus amigas. Aunque, si se lo preguntas, el té va a decir que el clásico del Ciclón es una mierda.

Le llegó un aviso de su novio diciendo que estaba llegando a su casa de entrenar, pero no le importo mucho, solo se quedó en la cama acostado.

Hasta que se le ocurrió una idea.

— Yo le voy a enseñar cómo se juega un clásico. —habló sólo.

Por supuesto que no estaba hablando en sentido futbolístico, si no que era algo con doble significado.

— Hola corazón. —Agustín entró a la casa con una sonrisa de oreja a oreja—. Ya almorzaste, ¿no?

— Si, Agus. —respondió molesto.

— ¿Te comiste todo?

— Todo no. —el mayor fue quien frunció el ceño, dispuesto a decir algo—. Me faltaba comerte a vos.

— Ah bueno, que romántico sos a veces. ¿Es por algo en especial bebé?

Y las mejillas del colorado se tornaron del mismo color que su pelo, ya que se ponía muy nervioso cuando lo llamaba con apodos.

— ¡Basta! —el morocho lo miró confundido, sin entender que había hecho—. Yo te quería decir algo.

— Acá me tenes, y podes decirme lo que quieras, hermoso. —obviamente Giay había entendido porque su novio estaba así, pero queria provocarlo un poco, solo para ver hasta donde podía llegar Barco.

Y Valentín se dió cuenta de que no iba a poder hablar, por lo que se abalanzó sobre el más alto y lo besó muy desesperadamente.

— Pareces una gata en celo, amor. ¿Estas bien? —lo molestó un poco más.

— Agustín. —y él pensó que iba a quejarse, de hecho sabía que el colorado quería hacer eso, pero lo sorprendió—. Te quiero adentro mío.

— Para, en serio corazón. Hace poco me dijiste que no estaba listo, y no quiero que te sientas presionado a hacer algo que no queres.

Definitivamente era imposible ponerse hot con Agus.

— Agus. —el contrario lo miraba fijamente—. Te necesito.

Y eso solo fue el principio, terminaron en la cama besando cada parte de sus cuerpos, los cuales sólo estaban separados por el conjunto de San Lorenzo del jugador del ciclón y el boxer negro de Valentín.

— Vos avisame si queres que pare.

— Te aseguro que no voy a querer. —el morocho no necesito más para usar su lengua.

Agarró los dos pezones de Barco, para chupar, pellizcar cada uno de ellos.

Y no sabía por qué estaba tan nervioso, ¿quizá porque nunca le había visto la pija a Agustín? ¿o porque pensaba que le iba a doler? ¿tal vez porque era su primera vez con un chico?

— Val, ¿estas acá? —el mayor se preocupó un poco.

— Si. —quiso concentrarse en el placer para que sus pensamientos no le arruinen el precioso momento—. Agus.

Y se tapó la boca al notar el ruido que había salido junto al nombre de su amorcito.

— Vos también te pones rojo por todo amor, era obvio que ibas a gemir. Y un dato no menor, me encanta que tu primer gemido sea mi nombre.

por sobre todo lo malo | gialenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora