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— Valen

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— Valen... — lo llamé —. Necesito que te despiertes.

Lo trataba de hacer de la manera más delicada posible, dejando leves caricias en su hombro.

Cuando llego a su cuello, voy subiendo poco a poco, admirando todas sus facciones.

— Valen... — seguía mirando fijo su cara, sus pecas, los ojos, la nariz y los labios...

¿Qué sabor tendrán?

— ¿Que pasa? —habló mientras se removía.

— ¿Eh? —rogaba que no me haya visto básicamente estudiarlo.

— ¿No me estabas llamando?

— Ah, sí. —suspiré—. Nos tenemos que ir al micro para que nos lleve al hotel.

Asintió y se comenzó a levantar, a paso lento, depresivo, triste.
Y es que no me olvidaba de lo que había pasado hace treinta minutos.

— Perdón. —dijo antes de irse.

— ¿Por qué?

— Por molestarte con mis cosas.

— No, no. Vos no me molestas, si yo estoy acá con vos es porque te quiero y me importas.

— ¿En serio?

— En serio.

———

Estaba en el micro, sentado con Luka, mientras escuchaba lo que me contaban Alejo y Nacho, que estaban sentados adelante nuestro.

El ambiente se sentía pesado, había mucha frustración, se sentía.

— Te juro que lo único que quiero es llegar al hotel y dormir. — me contó Luka.

— Y comer. — agregó Véliz.

Sonreí ante lo dicho, no importa en que situación estaba, siempre pensaban en comida.

— ¡Chicos! — nos llamó Mascherano. — ¡Tengo re buenas noticias!

— ¿Esto es una pesadilla y en realidad si pasamos a cuartos?

— No. — contestó. — Pero bueno, ¿vieron que la selección mayor va a jugar unos amistosos en unas semanitas?

Todos asentimos.

— A nosotros nos invitaron a jugar los mismos amistosos. — contó — Con selección sub20 por supuesto.

— ¿Pero cómo? Hace menos de un día quedamos eliminados del mundial. ¿Ya hay amistosos?

A decir verdad no lo creía posible, terminamos de jugar hace poco y además muchos teníamos que jugar con nuestros equipos.

— Si, pero van a tener dos semanas para organizarse, es bueno esto. — aclaró — Los amistosos siempre son buenos.

— Para — pedí — ¿Entonces ahora nos vamos para nuestras casas, jugamos con nuestros clubes, nos acomodamos y ya nos volvemos para jugar con la selección?

— Si, y eso no es todo. La selección mayor también se va a quedar en el hotel en el que se quedan ustedes.

Todos miramos sorprendidos.

— ¿Vamos a estar en el mismo hotel que Messi por dos semanas?

— Ajá, y por supuesto que con el resto del plantel.

— Me voy a desmayar. — comentó Alejo.

— Ahora llegamos a las habitaciones y hacen las valijas para irse cada uno a su casa, después voy contactando a cada uno personalmente.

— ¿Va a poder venir Nico?

Es verdad, era una pieza clave que los forros del Real nos habían sacado.

— Puede ser, porque la temporada del Real ya terminó.

Sonreímos, ya que sabíamos que lo necesitábamos.

— ¿Les copa la noticia?

— Obvio.

Me giré para ver las caras de mis compañeros, todas sonrientes, nos íbamos a seguir viendo y eso nos ponía muy felices.

Busqué con la mirada a alguien en especial, estaba nuevamente dormido, era preocupante.
En la observación que le di hace un rato pude notar como su piel era mucho más blanquecina, sus ojeras muchísimo más notables y hasta su pelo estaba más oscuro.

— ¿Masche? — me levanté — ¿Puedo hablar con vos un segundo?

— Por supuesto, veni, sentate. — indicó un asiento al lado suyo — ¿Cual es el problema?

— Es Valen. No lo veo bien, siento que algo le pasa y no puede decir que es, ¿no pensas lo mismo cuando lo ves?

— Si se ve un poco más apagado, pero quizá nos estamos maquinando mucho. Acabamos de quedar afuera, puede ser por eso que está así.

— ¿Vos decís?

— Yo pienso que sí, pero de igual manera podes hablarle, de amigo a amigo.

Amigo...

— Bueno, gracias.

— Igualmente yo también lo voy a estar mirando porque si me di cuenta que está medio raro, pero ya sabemos cómo es. No hay que sacar conclusiones antes de tiempo.

Agradecí y volví a mi lugar, dándole una última mirada, se veía tan lindo durmiendo, casi que parece que no estuvo llorando hace poco.

Después de eso me puse los auriculares, apoyando mi cabeza en la ventana, cuando llegue a nuestra habitación iba a hablar con él.

Ya lo había decidido, pero ahora estaba tan cansado del partido que se dignó a cerrar los ojos, con la tranquilidad de que iba a volver a ver a todos.

por sobre todo lo malo | gialenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora