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Ha pasado casi tres semana desde que el destino planeo su último encuentro. No encontrarsela le ha generado cierta ansiedad, está mucho más atenta a su entorno y pendiente de cualquier mujer que se parezca mínimamente a ella, tendría que haberle dicho que le diera su número o darle el suyo, dejarle esto al destino le genera una ansiedad mayor. Pero no tiene su número, solo se sabe su nombre y no tienen personas en común, aunque Abigail dabe dónde vive y ella sabe dónde vive Simba. Pensó muchas veces en aparecer por ahí o por BMW, pero se frenó a si misma ante lo acosador que se veía eso en su mente.

Una vez fue casualidad, dos veces una grata sorpresa y tres sería un milagro.

Finalmente también decidió quedarse con el ramo de flores que Abigail dejó en su puerta de nuevo la última vez que se vieron, lo mira con recelo desde la cocina de su departamento. Jamás voy a casarme, jamás, se dice a si misma.

Pero la vida pasa y todo sigue su curso. Hoy llega el nuevo empleado a la oficina y tiene que capacitarlo, una ardua tarea pero como siempre es la "mejor" para dicho encargo. Lo irónico de cualquier trabajo, es que ser el mejor o el más apto solo conlleva a que te den más trabajo y responsabilidades, que muchas veces no es remunerado.

-Hola a todos, buenos días -da el saludo general de cortesía y sonríe aunque no tiene ganas de hacerlo- Cassie buenos días ¿Llegó el nuevo para que lo capacite?

-Montserrat, buen día -aparece su maldito jefe al lado- ¿Ya capacitaste al nuevo personal?

-Buenos días, eso le estaba consultando a Camille, para saber si ha llegado.

-Ven a mi oficina -blanquea los ojos y lo sigue- Montserrat me han dicho que no quieres hacer horas extras cuando todos se quedan, necesito que te pongas la camiseta de la empresa...

-¿Me pagarán esas horas? -él inspira profundamente- entonces la camiseta de la empresa póngasela usted, yo no veo al gerente de marketing que gana una chorrada más que yo, quedarse más horas -luego de haber pensado sobre la charla que tuvo con Abigail y juntar valor más ira, decidió que lucharía más por lo que claramente se merece- Hace más de seis meses que vengo pidiendo un aumento y postulandome para un puesto que le terminaron dando al inoperante de Sandoval.

Ella lo desafía constantemente, pero no es idiota, jamás lo hace en público, porque no necesita inflarse el ego y no va a dejarlo en evidencia, desafiando su autoridad frente a todos. Algo que aprendió con los años es que las personas en una posición de poder pueden hacerte la vida a cuadros, si te atreves a desafiarlos con audiencia y más como este caso su jefe, que tiene el ego más grande que su cuenta bancaria o el miembro entre sus piernas.

-Montserrat él mostró otras capacidades que...

-No sabe ni siquiera usar bien el programa de diseño ¿Es una broma? -se cruza de brazos- ¿Tiene alguna queja con respecto a mi trabajo? ¿Mi forma de ser?

-No.

-Hago mi trabajo en tiempo y forma, no me pongo a perder tiempo chismeando o charlando. Yo tengo una vida fuera de esta empresa y lo lamento, pero no me quedaré más tiempo del necesario y del cual no van a pagarme ¿Puedo retirarme?

-Él asiente con la cabeza- Capacita a la chica nueva como sabés hacerlo, la necesito trabajando lo antes posible. Es la hija de un amigo, así que sí, te pido que tengas favoritismo y tacto con ella.

-¿Y cuándo tendrán favoritismo conmigo?

-Suspira- Quizás recibas un bono mejor este año.

-Y una computadora nueva.

-Bien, me alegra arreglar las cosas contigo.

-Agh, está bien -mira su reloj de pulsera- entonces me voy ya debe haber llegado -pasa por recepción- ¿Llegó? -la recepcionista niega con la cabeza- llegando tarde el primer día, vaya primera impresión. Hazla pasar a mi oficina cuándo llegue, por favor.

Dulce como la mielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora