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—¿Tía ella es tu esposa? —pregunta Zoe y todos callan.

—No, amor...

—Aun no, verás primero hay que planear la boda —dice Hannah.

—Ver la lista de invitados, que la tía Pocha, no esté al lado de la tía Elvira, la mujer  de paco, que se llevan mal —dice su madre.

—Los días de vacaciones, hay que coordinar los días que vas a tomarte, para ver quien queda a cargo del taller —agrega Úrsula.

—Tengo para recomendarte el lugar perfecto para la luna de miel —dice Nova.

El murmullo comienza cada vez más fuerte, todo el mundo habla compartiendo opiniones y Abigail intenta hacerse oír.

—¡TODO EL MUNDO SE CALLA! —se hace un silencio— primero lo primero, ni siquiera le he pedido ser mi novia.

—Pues hazla directamente tu esposa, ya tienen un hijo —dice su padre.

—Segundo tampoco le he pedido matrimonio.

—Toma te lo regalo —Nova se quita uno de sus anillos y se lo tira—, pídeselo.

—Y tercero ya me han cansado —toma el botón y llama a la enfermera, aparentandolo varías veces— disculpe me siento mal —comienza a toser fingiendo, me falta un poco el aire— ¿Puede sacar a esta gente? Si es necesario use la fuerza, por favor de verdad use la fuerza.

—Todos afuera por favor, la señorita necesita descansar.

Todos salen quejándose mientras se despiden de ella. Úrsula y Margot le dicen que hablan por el grupo. Finalmente se quedan los tres. Montserrat se sienta en la orilla con Demian en brazos.

—¿Serán mis mamás?

—¿Tú quieres que lo seamos?

—Sí —dice con una gran sonrisa— ¿Vamos a vivir los tres juntos y haremos de comer, iremos al parque y veremos películas?—La rubia está dubitativa, entonces Abigail toma la palabra.

—En realidad vivirás primero un tiempo con Montse y yo iré a verlos muy seguido.

—¿Porqué? En la tele los padres de los niños viven con los niños. Y tú estás herida ¿Quién va a cuidarte, a ayudarte a bañar y...?

—Hijo —me corta Abigail y él se ruboriza— vamos viendo ¿Sí? De todas maneras por ahora tendrás que seguir viviendo un tiempo con Sharon y nosotras iremos a verte —el niño quiere protestar—. Es hasta que puedas vivir con nosotras y podamos adoptarte.

—¿Les puedo decir mamá?

—Si tú quieres sí —le responde Montserrat.

La policía llega para hacerle preguntas a Abigail por lo del incendio. Las pericias para determinar quién era la persona que murió quemada están en proceso. Hay preguntas de rutina, y averiguaciones. Una mujer de ojos azules entra y se mete entre medio de la policía, abrazando a Demian, el niño quiere soltarse de ella.

—Gracias a Dios mi niño estás bien —La mujer se nota de nerviosa, está agitada y tiene las pupilas dilatadas— soy la mamá de Demian —la explica a la policía mientras el niño llora en intenta zafarse de ella— quédate quieto.

A punto de tomarla, Abigail la toma de la muñeca y haciendo presión logra que suelte al niño.

—Sacale las manos de encima a mi hijo.

Se endereza y Montserrat jamás la había visto así, casi sin que parezca herida se levanta de la cama alejándola de Demian quién salta en brazos de Montserrat, Abigail no es muy alta y se ve aún más pequeña descalza. Será por la adrenalina que ahora corre por sus venas que no siente el dolor, pero su pierna herida comienza a llenar la gasa de sangre, las gasas comienzan a llenarse de la sangre que bombea a mil por su cuerpo.

—¡Es mi hijo! —la mujer está de rodillas con ella apretando muñeca y el hombro, justo en articulacion. Los policías tratan de sacársela de encima.

—Arrestenla ella lo secuestró, lo puso en una situación de peligro y casi lo mata. Tiene una orden de alejamiento.

—Es cierto —entra Sharon que se volvió a buscar a Demian que ya tiene el alta— aquí la tengo.

Se la pasa a los policías, ellos la leen y se la llevan presa. Entran médicos y enfermeros porque Abigail se está descompensado, se agarra de la camilla y cae al suelo, con las gasas llenas de sangre. Despierta y Montserrat se levanta acercándose a ella.

—¿Dónde está Demian? —se incorpora de golpe.

—Tranquila, se lo llevó Sharon, está bien. Acuéstate despacio o van a tener que cambiarte los vendajes de nuevo —la ayuda a acostarse.

—Quiero irme, quiero llegar a bañarme ¿Cuándo me darán el alta? Sino firma el alta voluntaria y —Montserrat levanta una ceja— ¿Qué?

—Puedes entrar a una casa en llamas, reclutar gente, que por cierto Simba ya me dijo como lo haces, haber corrido carreras ilegales ¿Pero no aguantas el hospital?

—Una cosa no tiene que ver con la otra. No me gustan los hospitales —suspira— así que si en un futuro piensas que quieres agrandar la familia, ten más hijos tú.

—Sigue siendo raro tu concepto de ir despacio —se ríe— aún ni siquiera estamos de novias y ya quieres embarazarme.

—Solo es una sugerencia —se mueve incómoda— puedes ir a llamar al médico así le digo que estoy bien y nos vamos —su voz autoritaria baja cuando la rubia levanta una ceja— Por favor mi amor.

Pese a las reiteras pedidas de irse al doctor, no le dan el alta sino hasta dos días después. Madox reemplaza a Montse para que ella fuera a comer, bañarse y dormir, pero ella se baña y come, más no duerme, no puede hacerlo si está lejos de la morocha. A la rubia le enternece y le irrita en la misma medida, lo insistente que puede ponerse Abigail cuando se le pone que quiere irse.

Se suben al auto que el amigo de Abi le dejó en el estacionamiento del hospital, la rubia la ayuda a subir y toma el lugar del piloto.

—Pondré algo de música.

—No ese botón no... —comienza a cambiar y se transforma en el modelo de carrera. Dejando otro tablero expuesto, Abigail aprieta unos comandos y vuelve al auto a su estado original—. No puede saberlo Úrsula o va a matarme.

—¿En serio?

—Bueno supongo que puedo abandonar las carreras, pero las carreras nunca te abandonan. Ya no me mires así, cambiaré el auto a uno standard, soy una mujer de familia ahora.

Montserrat ríe y Abigail piensa en esa canción "mi mujer me gobierna y esa vaina me gusta, mi mujer me gobierna y es vaina me gusta" y piensa en lo mucho que debe amar a Montserrat y a Demian para haberse metido a esa casa en llamas, para haber entrado armada dispuesta a matar si era necesario con tal de recuperar a su hijo.

Abigail cayó y cayó fuerte, mucho más fuerte de lo que esperaba o creía y es cuándo Abigail ama, lo hace con todo su ser y no hay nada que no haría por quiénes ama, nada. Montserrat sabe que jamás ha sentido lo que siente por la mujer que tiene al lado, ve su perfil mientras conduce y piensa que aunque se vea delicada, pequeña y frágil, de eso no tiene nada, Abigail es fuerte, leal y protectora, también sabe que la ama y que de una casualidad hoy ellas están juntas.

La vida les ha dado mucho más de lo que esperaban, no solo una relación, sino una familia.

Llegan a casa y Madox sale a recibirla con Simba para ayudarla a bajar del auto.

—Despacio animal que soy una florecita delicada de la pradera. Que me ayude Montserrat, que me ayude ella —lo aparta— ya, ya , no me toques.

La rubia da la vuelta y la toma ayudándola a caminar, le causa risa como discute con los chicos y le quita un poco lo tensa besándola mientras cierra la puerta del auto.

—Dime que no hay más gente de mi familia...

—Barby dice tu madre que dejes de demorarte que ya está la comida y quiere ir sirviendo.

—Me quiero morir ¿Y que es eso de Barby?

—Montserrat ríe— Barbacoa.

—Que pedazos de mierdas —suspira caminando despacio— como no se me ocurrió primero.

Dulce como la mielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora