Enid reordenó las hojas que había sostenido mientras leía el capítulo de la novela de Wednesday, sin cuestionarse la razón de porqué había interrumpido en la habitación de su roomie, ni menos porque había leído algo que asumía que era muy personal. Intentando dejar todo tal cual lo encontró salió del cuarto sin dar un segundo vistazo.
Siguiendo con esa sensación de haber hecho algo incorrecto, Enid, encendió su altavoz y escogió la canción más ruidosa de toda su lista de reproducción y cantó a todo pulmón y muy desafinadamente, mientras se iba sacando el uniforme de trabajo, quedándose solo con su ropa interior, agarró una toalla y entró al baño, sin preocuparse de bajar ni cambiar el orden de las canciones.
Cuando salió del baño se sintió más tranquila y le restó importancia, culpó a su costumbre de ingresar a ese cuarto cuando Yoko vivía con ella, no era entrometida ni menos chismosa. Vistiendo una camiseta teñida con sus pinturas y que nunca pudo quitar las manchas y unos pantalones cortos, lo que formaban su pijama, fue hasta la cocina para beber algo o si encontraba algo para comer, pero no tenía ganas de cocinar, así que fue a buscar su teléfono, cuando estaba llegando a la cocina, vio como la puerta se abría, asustándola por unos segundos, hasta que recordó que ya no vive sola.
—Buenas noches Enid— Saludó formalmente a su compañera mientras observaba su atuendo.
—Buenas noches Wednesday— Respondió también formalmente, dejando de mirar su teléfono.
Wednesday caminó y pasó por su lado sin hacer ningún otro comentario hasta su habitación, cerrándola.
Enid solo la observó, deseando haber hecho otro comentario. Volvió a mirar la pantalla que desplegaba las opciones de comida, mientras iba considerando que podía pedir, se le ocurrió que tal vez podría preguntarle a Wednesday si deseaba acompañarla.
Tocando la puerta dos veces, Enid escuchó a Wednesday darle permiso para que entrara.
—Ey, Wednesday, estaba pidiendo comida, así que me preguntaba si quieres acompañarme o si quieres algo— Enid permaneció apoyada en el marco de la puerta.
Wednesday no contestó de inmediato, pensando en que haría primero, si tener su hora de escritura o comer, porque ella nunca sentía hambre y comía en pequeñas cantidades, si pedía a domicilio era porque estaba realmente ocupada, así que le ofreció otra alternativa a Enid —¿Qué te parece si cocino? — Se había levantado de su asiento frente al escritorio, acercándose a Enid, respetando una distancia prudente entre ellas, sin ingresar a su espacio personal.
—Pues, no sé si tenga lo necesario para que cocines— Enid no recordaba que día había hecho las compras.
—No te preocupes— Wednesday caminó hasta donde estaba la bolsa que había dejado encima de su cama, algo que Enid no vio cuando su compañera pasó por su lado.
— Bien, entonces te enseñaré donde puedes guardar lo que compraste, o quizás querrás un espacio solo para ti en la despensa.
—No es necesario, no tengo problemas en compartir— La mayoría podría pensar en que Wednesday sería muy quisquillosa con sus pertenencias, de cierta forma sí lo era, pero solo con su querido violoncello, su máquina de escribir y su gramófono, en lo que respecta a la comida, no.
Enid salió de la habitación seguida por Wednesday, hasta la cocina yendo directamente a los gabinetes donde guardaba los alimentos, mientras Wednesday observaba lo que pudiera ocupar y pensando rápidamente en algo sencillo y rápido.
—Eso es todo lo que tengo— Enid estaba mirando a Wednesday, a su espalda estaba la despensa.
Acercándose al mueble Wednesday vio lo que ocuparía como ingrediente principal, lo demás lo tenía en la bolsa.
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Howdy, Roomie!
Lãng mạnEnid Sinclair cursa su último año de Universidad, vive en un departamento, junto con su mejor amiga, Yoko, sin embargo, por cierto motivo ya no podrán vivir juntas. Enid tendrá que buscar una nueva compañera de piso. ________________________________...