Capítulo VIII: L.atente

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Enid ese lunes después de ese fin de semana, donde tuvo una pequeña celebración con su novia y una celebración, tenía unos vagos recuerdos al final de lo que sucedió, realmente no era una buena bebedora, no era la primera vez que sus recuerdos eran borrosos.

Juro que no vuelvo a beber tanto — Se prometió por décima vez.

Su novia le había asegurado que no hizo ningún escándalo y que esa noche solo durmieron, porque Enid estaba demasiado ebria para cualquier otro tipo de actividad nocturna. Eso la alivió, no quería que Wednesday pensara que ella no la respetaba.

Con Yoko no había problemas. Enid pensó mientras iba subiendo con esfuerzo por las escaleras del edificio, el ascensor iba con la cantidad de personas al máximo.

Lo más seguro es que Wednesday se enfadaría. Pensó Enid, ya tendría que conversar ese tema con su roomie o la otra alternativa es tener sexo con su novia en el departamento de ella.

Introdujo la llave en la cerradura y la giró la hacia la izquierda. Cuando ingresó en el departamento estaba iluminado e inundado por un aroma exquisito. A Enid se le abrió el apetito

— Hola Wednesday — Enid la saludó con una sonrisa, a pesar del cansancio que sentía, el trabajo de ayer con resaca no era lo más recomendable, junto a las clases de hoy, solo tenía unas ganas inmensas de ducharse e irse a dormir.

—Hola Enid — Wednesday estaba mirando los minutos de su reloj, para que la pasta estuviera al dente. La receta que había escogido era espagueti a la carbonara con beicon.

Enid se fue directo a su cuarto, dejó su bolso en el suelo, se quitó su chaqueta junto con sus tenis y se lanzó a su cama, enterrando su cara en la almohada. Cuando se había acomodado y ya estaba cerrando los ojos, Wednesday golpeó la puerta sin ingresar a la habitación. Enid se sentó con gran esfuerzo y se talló los ojos.

—¿Sí? — Preguntó y después tapó su boca para bostezar.

—Quería saber si ya cenaste — Wednesday desde ese día que cocinaron juntas o más bien ella cocinó para Enid, pensó en que cocinaría para dos personas, si Enid no comía, lo guardaría para el otro día y llevarlo a la universidad.

—No, no tuve tiempo, comí un par de galletas que le robé a Yoko, cuando la vi en la tarde acompañada por Divina— Enid se agarró el cabello en una cola de caballo.

— ¿Quieres cenar conmigo? — Enid tuvo el impulso de contestar con "¿es una cita?", sin embargo eso sería muy audaz, así que simplemente dijo sí. Las dos fueron caminando una detrás de la otra y Enid se sentó esperando a que Wednesday le sirviera.

— Creo que eres una especialista en pastas, esto huele delicioso. —Enid elogió sinceramente a su roomie. Admirando el plato, su estómago rugió.

— No lo soy, solo me gusta cocinar recetas que domino — Wednesday todavía no sabe la razón de porqué viviendo con Enid, su impulso de cocinar y ser elogiada por ella estaban presentes cuando volvía de sus clases de las tardes. Debe ser porque es el único momento que puedo verla. Concluyó mentalmente, no quería indagar más en ese sentimiento que había aflorado en el momento en que su novia la cargó en estilo nupcial para llevarla hasta su cuarto.

—Si sigues cocinando, me mal acostumbraré y no podré disfrutar de la comida rápida como siempre ha sido en toda mi vida universitaria — Enid bromeó para después dar el primer bocado a su cena.

— Si tengo tiempo, no veo el problema— Wednesday se sentó y también estaba comiendo su primer mordisco.

Enid no comentó nada al respecto, pero se alegró de que Wednesday se preocupara por alimentarla sanamente.

Howdy, Roomie!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora