Capítulo VII: L.igero

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Las tres personas que estaban compartiendo ese pequeño espacio, permanecieron sin emitir ninguna palabra por unos minutos, hasta que Wednesday fue la primera en romper aquel incómodo silencio.

—Iré hasta mi habitación— Dijo mientras las miraba con su habitual seriedad. Cuando estaba empezando a dar los primeros pasos para encaminarse hasta el pasillo, Enid la llamó.

—Espera — Wednesday se giró para concentrar su mirada en una muy sonrojada Enid. — ¿Quieres cenar con nosotras? Esta vez si estaré pidiendo pizzas— Para enfatizar su punto, le mostró su teléfono.

Ingrid no se sumó a la conversación, sino que fue hasta donde estaba Wednesday y cuando le quiso pasar un brazo encima de sus hombros. Wednesday rápidamente dio un paso atrás.

—Aprecio mi espacio personal y no me gusta que desconocidos lo invadan y menos que se atrevan a tocarme— Wednesday la miró hacia arriba hacia los ojos de Ingrid. No se sentía intimidada para la diferencia de estatura.

—¡Vaya! No pensé que fueras una chica tan ruda — Ingrid no se sintió afectada por el comentario de la roomie de su novia. Al contrario, apreciaba a las personas honestas.

—Solo soy sincera y porque presiento que esta no será la única vez que nos encontremos dentro del departamento, quiero dejar expuesto mi punto de vista acerca de los desconocidos. — Se cruzó de brazos manteniendo la misma mirada seria hacia Ingrid.

—Es por eso que debes aceptar la invitación de Enid, así nos conocemos mejor y tal como dices al menos estaré una vez a la semana aquí. — A Ingrid le encantaba conocer nuevas personas, pero estaba especialmente intrigada por la personalidad de la compañera de departamento de su novia. Pensando en que clase de magia o alineación de los astros hicieron posible que personas tan opuestas compartieran el mismo espacio para convivir.

Enid miró a las dos, conocía perfectamente a su novia, sin embargo esperaba que esa actitud amistosa no hiciera enfadar a Wednesday que se podría apreciar que se sentía más cómoda estando a solas.

Wednesday estaba cansada y debía de admitir que no había probado bocado en todo el día, así que estaba considerando la oferta de ambas. Después de un par de minutos volvió a hablar.

— Está bien, pidan las pizzas y las acompañaré, aunque no me gusta la idea de ser una especie de tercera rueda. — Enid se adelantó a contrarrestar la afirmación de Wednesday

— No lo serás, lo prometo— Ingrid se sumó a las palabras de su novia — Es verdad lo que dice Enid— Nos comportaremos adecuadamente— Ingrid sabía que con Yoko la situación sería completamente distinta, porque hubo muchas ocasiones que compartieron un sábado por la noche comiendo y bebiendo alegremente.

—Iré a cambiarme de ropa, regreso en 15 minutos — Wednesday fue hasta su habitación y cerró su puerto.

—Shuuuuu— Silbó Ingrid— ¡Vaya carácter que tiene tu roomie! —Enfatizó la última palabra— ¿Estás segura que no es una asesina en serie? Creo que debemos investigarla. — Ingrid estaba abrazando a su novia como lo había intentando con Wednesday, obteniendo esta vez el resultado que esperaba. Enid exhaló fuertemente.

—No creo que tenga redes sociales— Enid ya había intentado buscarlas por todas las aplicaciones que conocía y no la encontró.

— Vaya, parece que viviera en otro siglo.

—No sabes cuanta razón tienes— Deshaciendo el abrazo y agarrando su mano derecha con la suya— ¿Me creerías que tiene una máquina de escribir y un gramófono? — Enid tuvo que buscar en internet el nombre de aquella pieza que parecía una reliquia.

Howdy, Roomie!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora