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Hoy es sábado y faltaba una hora para cerrar, ya mañana la cafetería no abre, por lo que tengo el día libre, el cuál lo aprovecharé para descansar, hoy y ayer fueron realmente agotadores.

Mientras atendía una mesa, noté la llegada de Seonghwa con el pequeño de la otra vez; tomé el pedido y me acerqué a ellos.

- Bienvenidos, hay lugar cerca de la zona de juegos - dije con una sonrisa.

- Gracias chica linda - respondió el menor, sorprendiéndome.

- Oh, gracias pequeño - sentí mis mejillas arder y escuché la risa del mayor.

- Lo siento si te incomodó - habló rascándose la nuca.

- Está todo bien, tomen asiento y ya iré a tomarles el pedido - comenté manteniendo mi sonrisa, a pesar que me sentía extrañamente nerviosa, me daba ternura ver cómo es de responsable y educado.

Totalmente admirable.

Un rato después, ya tenía que llevarle el pedido a ambos chicos, el mismo pedido de la otra vez. Al volver a la caja, salió Miyeon de la cocina.

- Hyori, ve metiendo las mesas, sillas y carteles de afuera, por favor, yo terminaré de limpiar la cocina - asentí varias veces y fui a hacer lo que me había pedido después de entregar la orden a los chicos.

La noche estaba fresca y, para ser un sábado, estaban las calles con poco tráfico, me relajaba esta tranquilidad.

Terminé de meter todo lo de afuera en la cafetería y apagué todas las luces de afuera excepto la que iluminaba a la puerta, que era de baja luminosidad.

El pequeño que venía con Seonghwa se acercó y jaló levemente mi delantal, me agaché a su altura con una leve sonrisa y tenía un rostro desanimado.

- No hay niños que quieran jugar conmigo - su comentario hizo que me diera cuenta que quedaban ellos dos, por lo que agarré su manito y me enderecé.

- ¡Seongjin! - se acercó el mayor - No la molestes, está en su horario de trabajo, te dije que ya íbamos a volver a casa e íbamos a jugar ahí - regañó.

- Pero yo quiero jugar aquí - reclamó el menor, con los ojos llorosos y el ceño fruncido.

- No puedo jugar aquí, Seongjin, no entro en esos juegos - habló de nuevo Seonghwa agachándose a la altura del pequeño mientras sostenía sus cortos brazos.

Luego de un pequeño silencio tenso, me agaché nuevamente e hice que Seongjin se gire a verme, sequé la pequeña lágrima que se deslizaba por su mejilla y le dediqué una leve sonrisa.

- Vamos a jugar, habrá algunos juegos que no podré subirme, pero habrá otros que si - en el rostro contrario se le formó una enorme sonrisa y recibí un abrazo de su parte.

- ¡Si quiero, si quiero! - gritó emocionado dando pequeños saltos, reí levemente y me enderecé nuevamente junto al mayor.

- No es necesario - habló.

- Ya no hay nadie en la cafetería aparte de ustedes y los empleados, unos quince minutos de juego no hace daño a nadie - hablé con un tono amable y el contrario sonrió.

- Te debo una, gracias - hizo una leve reverencia en forma de agradecimiento y proseguimos en ir a la zona de juegos.

Una vez allí, comenzamos a subirnos a los toboganes, al castillo inflable, a tirarnos pelotas de plástico imaginandonos que eran bombas, jugamos a las escondidas y por último la búsqueda del tesoro, el tesoro era una gorra de policía, ya que no había otra cosa.

- Hyori, ya me voy, te dejé la llave en la cocina - avisó Miyeon desde la puerta del lugar de juegos.

- ¡Gracias! ¿puedes decirme qué hora es? - dije alzando un poco la voz.

desde ese tropiezo... ლ seonghwa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora