11

80 14 0
                                    

Reconfortante

Tiraste la pistola sobre tu cama, deteniéndote a pensar un momento mientras la mirabas con perdición. Recordaste que Lim estaba muerto, en que habías cometido una cagada al haberte emocionado, ¿qué tal si alguien denunciaba los disparos? Imposible, era una zona desolada... Era un desastre.

Descargaste el arma para guardar su munición debajo de tu cama en una maleta vacía y encima colocaste un poco de ropa. Querías arracarte la cabeza de alguna u otra forma, pero...

Ah... Debo ir a trabajar...

El amanecer estaba por llegar, no habías dormido nada, todo ese maratón que habías corrido durante más de veinte minutos hasta poder alcanzar al último taxi de la noche te había dejado sin aliento.

─────────ೋღ ☁ ღೋ─────────

—Ey —Han-seo te sonrió tan pronto como te vio y tú respondiste moviendo la cabeza.

—Do-shik —Ju-seong te llamó, entonces lo miraste. —¿Viste un fantasma?, o ¿no dormiste bien? —te miró con preocupación y curiosidad.

—No dormí, había un bicho molestándome —se notaba que lo habías dicho con indiferencia tan pronto como volviste tu atención a las plantas.

El señor Ju-seong y el presidente Jang se miraron, incrédulos de tu situación, pero no te dijeron nada hasta minutos después.

—Do-shik, ¿quieres salir conmigo un momento? —preguntó Han-seo, con un tono amable.

Pensaste un momento, unos segundos después te levantaste y te acomodaste las gafas para seguirlo hasta afuera.

—¿Qué pasa? —preguntaste, mirándolo con una expresión neutral.

—¿Qué te pasó ayer?— te tensaste sin quererlo.

—Nada.

—No te creo, saliste disparado de tu departamento... ¿Acaso te llamaron? No me dejaste ni hablar y ya estabas bajando las escaleras.

Mierda, ¿por qué eres tan chismoso?

—No era nada —suspiraste con cansancio, tus párpados amenazaban con cerrarse y tú solo pensabas en dormir para no pensar en nada.

Han-seo se acercó a ti y te tomó el mentón para examinar tu rostro, eso te agarró totalmente desprevenido y por eso lo miraste con el ceño fruncido antes de quitarle la mano de ti.

—¿Qué te pasa? —preguntaste con disgusto.

—Es la primera vez que te veo tan expresivo —se burló de ti.

La puta que te pari....

—Oigan, vean, ¡Inzaghi! —gritó el señor Nam desde adentro.

Tú y Han-seo caminaron de regreso hacia el bufete, encontrándose con una paloma asomándose por la ventana. Tú y el animal cruzaron miradas, y sin dejarte reaccionar, voló y se posó sobre tu hombro, lo que te confundió.

—¡Mira!, ¡te reconoce, Do-shik! —Ju-Seong habló con felicidad.

Tú permaneciste en tu lugar.

—¿Deberíamos alimentarla? —Han-Seo propuso.

—Sí, esperen aquí, ¡traeré la comida! —la paloma voló, golpeándote la frente con su ala y desplazándose hasta la cabeza de el señor Nam. —Ay... —se quedó quieto, luego se volvió a Han-Seo y a ti. —Volveré rápido...

˙⌗: Consigliere Kang | Jang Han Seo × lector masculino. (CORRIGIENDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora