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—¡Han-Seo!

—¡Buenos días, señora Kwak!—. Han-Seo le sonrió.

—¿Vienes por un poco de tteokbokki hoy?

El presidente Jang asintió sonriente, mirando cómo la vendedora se apresuraba a prepararle su comida.

—¿El señor Cassano le habló del chico?

—¿Quién?—. Preguntó con confusión.

—¡Ya sabe! El que iba a protegernos—. Mencionó con entusiasmo.

—¡Oh, sí! Aunque no me dijo su nombre ni cómo lucía.

—Da un poco de miedo. Mide unos metros más que usted según como lo vi ya que tiene piernas largas. Es atractivo, ¡parece un idol si lo mira bien! Su cara parece de porcelana. Tiene una mirada muy fulminante, pero también fría. Me estremecí porque me volteó a ver cuando estaba chismoseando con Miri sobre su belleza. Tiene más o menos su edad. ¡Ah! Pero no se deje engañar, ayer lo invitamos a una fiesta de bienvenida y nos tocó cenar y beber solos como si él estuviese ahí... Quizá solo estaba cansado, ¡pero ni siquiera nos dijo que no le apetecía!

El de cabellos negros se quedó atónito por toda la información que acaba de serle proporcionada así sin más.

—Es usted muy observadora—. Aclaró su garganta.

La señora Kwak se burló.

—¿Cómo no iba a serlo si es precioso? Mi hijo casi me traga viva por andarle poniendo los ojos encima desde que entró por las puertas del edificio.

Ambos se rieron.

—Iré a trabajar, señora. Muchas gracias.

—Me haces sentir vieja, pero me gusta que me digan así y más viniendo de personas dedicadas—. Se burló.
—¡Nos vemos!

—Muchas gracias, señora Kwak. Adiós.

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Te volteaste rápidamente al escuchar las puerta de la oficina abrirse de par en par y tus ojos se encontraron con los ojos de un hombre, al parecer de tu edad, con una ropa semiformal y un semblante de shock.

—Ah...—. Te examino con la mirada. —¡Aaah!, tú debes ser ese hombre del que todos hablan (Hee-Soo no le dijo tu nombre así que debía sacarte más información).

Aquel hombre se acercó a ti para dejar su comida en la mesa y en lo que te miraba con una sonrisa tú lo asechabas con aquella característica mirada penetrante. Tenías tanta curiosidad como él, la diferencia era que tú no sabías de quién se trataba y él ya tenía un contexto e imagen de quién eras tú.

—Soy el hermano de Vincenzo. Digamos que no soy adoptado.

Se rió tratando de acercarse a ti, a lo que tú te limitaste a ignorarlo para colocar el gran papeleo que anteriormente estaba entre tus manos en el orden alfabético en el que debía encontrarse.

—Mi nombre es Jang Hanseo—. Finalmente se alejó para sentarse en una de las sillas de la mesa antes mencionada. —Soy presidente de la empresa Babel, aunque actualmente obtuve unas buenas vacaciones después de un año entero de estar trabajando—. Se colocó cómodo en su silla.

Guarda silencio...

—¿Vin no te ha contado de mí? Debería decirte que soy genial. Puedo contarte. Ya que vamos a pasar mucho tiempo juntos te haré saber el porqué.

Terminaste con la última y quinta fila de documentos, te faltaban dos más para terminar.

—¿Te ayudo con eso?

˙⌗: Consigliere Kang | Jang Han Seo × lector masculino. (CORRIGIENDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora