La mañana transcurre rápido, el medio día también y ya por la tarde, Furina se encuentra un tanto molesta y se la nota algo cansada. En sus ojos se puede vislumbrar el cansancio de haber estado leyendo toda la mañana documentos que debemos sellar y entregar antes del 15 de este mes, papeles de los últimos reclusos que han sido enviados al Fuerte Merópide en días anteriores. A decir verdad ha sido un mes bastante ajetreado, mi jefa y yo no pudimos descansar como es debido ni un solo día desde que este fatídico Octubre dio comienzo, sin embargo, estamos acostumbrados a los rodeos que nos plantean tales circunstancias y no podemos flaquear, por lo menos hasta tener todo listo.
—AAAAAAAAMGH —bosteza Furina en su asiento y estira los brazos hacia arriba—, me queda este último documento —dice exhausta—, por fin me iré —y me dedica una mirada maliciosa—.
Por mi lado, continúo metido en mi lectura sin prestarle atención, estoy tan compenetrado con el trabajo que ignoro a mi compañera en su totalidad. Ella se enfada y bufa de modo infantil ante mi ignorancia, así que no tiene más remedio que continuar leyendo su último documento a regañadientes ya que no pienso detenerme a charlar.
Tiempo después, Furina termina de leer y de completar su trabajo. A mi me quedan algunos documentos por finalizar, pues siempre me dejo algunos de más porque no me gusta cargar a mi jefa con demasiado trabajo. Obviamente no se lo digo, es obra mía para consentirla y mimarla, de todos modos, ella cree que trabaja más rápido que yo. A mi no me importa en absoluto, me agrada ver que Furina disfruta de su tiempo libre dentro de la ciudad de Fontaine y mientras eso se cumpla, me siento en armonía con ello.
— ¡POR FIN! —exclama gritando la Arconte feliz de haber finalizado—. Al fin me iré de aquí —dice con ilusión y comienza a caminar hacia la puerta—.
—Bien hecho Furina —la felicito—, hicimos un gran trabajo hoy —saludo con la mano en alto—. Que descanses, nos vemos mañana.
—Pues mañana no se trabaja.
Me quedo pensando luego de aquellas palabras y no puedo evitar hacer un recorrido mental de los acontecimientos pasados. ¿Por qué razón no habría que trabajar mañana?
—¿Habrá pasado algo? —me pregunto en voz baja—.
Luego me alzo de hombros y continúo leyendo aquellos papeles que me quedan ya que no encuentro respuesta a las preguntas que me surgieron, entonces no veo razón por la cuál deba detener mi trabajo.
El tiempo transcurre normal, solo me queda un último documento y una firma final para poder retirarme del Palacio Mermonia, pero aún tengo esa incógnita con la Arconte Furina de por qué decretó un día libre sin consultarlo conmigo que soy el Juez supremo de la Corte de Fontaine. Me pareció extraño que aquello sucediera, sin embargo, sello la línea al final del papel y luego de guardar el mismo dentro de un sobre, juntarlo con los otros y acomodarlos prolijamente en un cajón, cojo mi bastón y me dirijo hacia la puerta para poder retirarme.
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Lie me if you can ~
FanfictionNo es lo mismo la vida en el Palacio Mermonia que en el Fuerte Merópide. En uno trabaja el Gran Juez supremo Neuvillete, del otro se encarga el celador Don Wriothesley, quién fue un recluso que ascendió a ese puesto por buen comportamiento y por sob...