No es lo mismo la vida en el Palacio Mermonia que en el Fuerte Merópide. En uno trabaja el Gran Juez supremo Neuvillete, del otro se encarga el celador Don Wriothesley, quién fue un recluso que ascendió a ese puesto por buen comportamiento y por sob...
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500 años han pasado y sin embargo aún no me acostumbro a leer las emociones de las personas. No puedo entender a los individuos, me cuesta sobrellevar los sentimientos de los demás y analizo siempre de una forma crítica todo lo que sucede a mi alrededor, por ello siempre mis relaciones terminan en discordia o en una pelea.
Sin embargo, acontece algo extraño con Furina y con Wriothesley. Pues estos dos de alguna extraña manera todavía mantienen su cercanía hacia mí, más no comprendo cuál es la razón de esta actitud pues yo soy un juez supremo y mi tarea es juzgar a las personas de crímenes atroces, o probar su inocencia, o defender a los débiles, o inculpar a criminales, o buscar las aristas más escondidas, o simplemente ser un Dragón Ancestral atrapado en el cuerpo de un pseudo humano. Entonces: ¿Por qué Furina y Wriothesley aún permanecen manteniendo su amistad conmigo?
Furina por ejemplo, podría decirse simplemente porque es la persona que más tiempo estuvo conmigo presente en Fontaine, cumpliendo 500 años de mandato desde que yo fui convertido a este cuerpo. Entonces simplemente estamos juntos para protegernos el uno al otro y no conocemos a nadie más, es una cuestión de confianza mutua, simplemente nos conocemos y ya.
Con Wriothesley en cambio, nos conocemos hace ya 15 años, poco más. Y el pelinegro ha demostrado devoción hacia mi en reiteradas ocasiones, incluso en estos últimos días en los cuales tuvimos roces por esta última investigación que estamos llevando a cabo, pero yo no comprendo por qué el Alcaide es tan fiel a mi persona.
No se trata de confianza ni de traición, simplemente de no comprender hasta dónde da el otro y deja de priorizar su propio bienestar. Me pregunté en reiteradas ocasiones por qué el Alcaide formó un plan estratégico para que yo baje a verle, sin embargo mi idea fue derrumbada por una infantilización proveniente del Ilustrísimo Sr. Wriothesley, quién derramó su mayor confianza sobre mí mismo y me dio a entender que estoy completamente equivocado. ¿Yo? ¿Equivocado?
—Wriothesley...
Al cabo de unos minutos comienzo a seguirle el paso, perdido en mis pensamientos y con la razón completamente desbordada. Pues resulta que el menor me dio una buena tunda moral y perdí todos los estribos con aquella conclusión errada sobre el Alcaide.
No sé qué pasó por mi mente, en tanto al menor, simplemente queda pedirle disculpas y aceptar que me equivoqué para poder retomar con la misión y comprender qué sucede en el Fuerte Merópide. Sin embargo mi corazón late rápido y en mi estómago siento algo que me incomodaba cada vez que las últimas palabras de Wriothesley resuenan en mi cabeza.
—¿Por qué?
Me pregunto reiteradas veces para poder descifrar aquella sensación que me esté preocupando. Pero no encuentro respuesta, y no es hasta que me encuentro frente al Alcaide que mi corazón se acelera un poco más, que pude entender de qué se trata todo esto que siento.
