—Estoy avergonzado —solo atino a decir aquellas palabras al acercarme a Wriothesley—.
El menor me mira algo extrañado.
—¿Por qué te sientes avergonzado? —pregunta el Alcaide.
Suspiro y me siento a un lado del pelinegro. Una vez allí los nervios se apoderan de mí nuevamente. ¿Por qué tiene que suceder en este preciso momento? No logro comprender cómo lidiar con la ansiedad que se apodera de mi.
Pocos segundos después de esquivarle la mirada al Alcaide y sentarme mirando hacia el frente del sillón, llevo mis manos juntas con los dedos entrelazados hacia el mentón con las piernas abiertas y los codos apoyados sobre las rodillas.
Esta pose hace parecer como si de alguna manera me diera tranquilidad pero muy por el contrario me está generando más nervios. Ya no puedo seguir ocultando aquella charla que tuve por teléfono con Furina, el Alcaide está esperando una explicación y yo debo dársela.
Me pongo de pie de inmediato y comienzo a caminar nervioso de un lado a otro, es que simplemente no sé cómo soltar las palabras, esto es muy distinto a las otras veces en las que tuve que interactuar con Wriothesley. Nunca antes una trampa fue tan difícil de sortear para mi como esta, pues en donde se juegan los sentimientos de por medio, no se puede flaquear. No sé cuáles son mis sentimientos. Esto sin duda es un juego de ajedrez y yo, estoy en jaque.
—Oye, ya cálmate —Wriothesley pone su mano en mi hombro y me obliga a girar. Con esto mismo también viene una disputa entre nuestras miradas. Aquí comienza la verdadera guerra—. ¿Puedes decirme qué te sucede?
—L-Lo siento —me giro y observo a Wriothesley—. Me dejé llevar por los nervios.
—¿Puedes explicarme qué te pasa?
—Estoy intentando, pero... —trago saliva. Claro que lo hago, aún estoy nervioso, más que nervioso, no sé cómo explicarle todo lo de la «Reclusa Fantasma», más bien: Furina— es muy largo y no sé por dónde comenzar...
—Empieza por tranquilizarte —Wriothesley lleva su mano a la parte trasera de mi cuello y me acerca hacia su pecho con fuerza—. Neuvillette, nunca te había visto de esta manera... tranquilo...
—E-Este... —Mis mejillas se pigmentan en un tono rojizo en el instante en que siento cómo soy atraído hacia el pecho de Wriothesley, sin embargo esto de algún modo me ayuda con aquella ansiedad que siento.
—Shhh —el Alcaide me calla en el instante en que intento hablar. Pues no necesita ninguna explicación al parecer, solo que me tranquilice, y eso es lo que me transmite con su respiración. Lo siento a través de su pecho—. Habla cuando estés listo. Yo te esperaré... —dice y luego me abraza por encima de los hombros.
Junto los dos puños en el pecho del más chico y comienzo a llorar. No entiendo por qué, simplemente mis lágrimas comienzan a salir y yo las dejo fluir.
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Lie me if you can ~
FanfictionNo es lo mismo la vida en el Palacio Mermonia que en el Fuerte Merópide. En uno trabaja el Gran Juez supremo Neuvillete, del otro se encarga el celador Don Wriothesley, quién fue un recluso que ascendió a ese puesto por buen comportamiento y por sob...