Estuvo todo el día aburrido, estuvo viendo una que otra película en la televisión, pero claramente tenía límites y ya no hallaba qué hacer en todo el día. No tardó mucho en caer dormido como lo hacía casi todas las tardes, y claramente también pasó de largo hasta el día siguiente.

No podía faltar al colegio de nuevo, primero porque no quería preocupar más a sus amigos, segundo porque no quería fallarle a su asistencia casi perfecta, y tercero porque no podía quedarse en su casa siendo que no tenía nada que hacer allí.

Oh, sí, casi lo olvidaba. Quería enfrentar a su acosador ese mismo día. No sabía si sería capaz, pero el día de ayer el chico le había entregado una nota cara a cara, quería ver si él era capaz de entregarle una también.

Aunque estuviera temblando del miedo y sudando del nerviosismo, quería comprobar si era capaz, para llevarlo más lejos después.

Aunque la mayoría del tiempo era un completo idiota, también sabía pensar, y sabía que nadie lo acosaría de tal manera si no tuviera intenciones más allá de ser solo amigos.

Era hora de hacerse cargo del tipo, y era hora de actuar para conseguir la información que necesitaba.

Como el pelinegro lo había amenazado, no podía decirles mucho a sus amigos, así que tendría que inventarse una mentirita antes de seguir con sus planes.

Cuando llegó al colegio y entró a su salón, sus amigos ya estaban allí esperándolo, además de que también habían algunos compañeros cual viejas chismosas que ya sabían lo que había ocurrido, aunque pensaban que había sido un intento de suicidio, y se encontraban allí esperándolo para chismear.

Pasó de todos ellos y se fue a su asiento, pidiendo un momento a solas con Max. Quizá ella lo escucharía y entendería lo que quería decir, claro, sin malinterpretar.

Quizá si tenía cierta preferencia por su amiga de cabello pelirrojo, pero era algo que nadie más que su acosador se había fijado.

–Verás, Max. Ayer tuve un ataque de pánico, porque supe que Jane y mi padrastro iban a ir a casa y yo tenía algún que otro secreto allí que tenía que ocultar, pero como estaba aquí en el colegio, no podía hacerlo, por lo que entré en pánico y ya sabes el resto. Ahora, necesito alejarme de ustedes, quiero un tiempo a solas para poner algunos pensamientos en su lugar. Estoy en un momento algo difícil y no es que no confíe en tí para decirlo, solo es que... Ya sabes, son cosas que hay que pensar bien antes de decirlas.–La pelirroja escuchó atentamente a Will, comprendiendo completamente al chico que le dió las gracias a Dios por ponerse de su lado por una vez en su jodida vida.

–Está bien, Will, entiendo que estés pasando por un momento difícil en tu vida, y que necesitas aislarte de todo el mundo para arreglar estas cosas. Quiero que sepas que cualquier cosa, yo estoy aquí para tí, y también quiero que me prometas que te cuidarás, no quiero que te suceda nada malo.–Max explicó con un tono comprensivo, aliviando a Will que estaba muriendo de los nervios internamente.

–Lo prometo. Prometo mantenerme a salvo y cuidarme.–Will extendió su mano y levantó su meñique, y Max entrelazó su meñique con el de Will. La promesa estaba hecha.

–espero que los chicos sean iguales de comprensivos que tú, Max. No quiero que piensen que ya no quiero ser su amigo o algo así.–Max asintió con la cabeza.

–Sí, será algo difícil hacerles entender. Ya sabes, son cabezas huecas. Pero lo entenderán al final, yo me aseguraré de eso.–Ambos se miraron con una sonrisa. Para suerte del castaño, todo terminó bien, por lo menos con ese tema.

Mientras tanto, cierto pelinegro observaba todo con felicidad desde un pequeño agujero en la puerta del salón. Su sonrisa era enorme, radiante. Will lo estaba tomando en serio por primera vez, ¡eso lo ponía muy, muy ansioso!

✧・゚: *✧・゚:*

Will había estado toda la clase escribiendo una nota en respuesta a todas las anteriores de su acosador. Tenía que conocerlo, antes que todo. Esperaba que todo saliera bien y que no terminara en una bolsa de basura en algún callejón oscuro.

Lo único que sabía de su acosador era como se veía, y que su nombre comenzaba con una M. Ah, sí, y que estaba completamente loco.

Apenas tocaron para salir al recreo, William buscó con los ojos la cabellera negra del sujeto, y no tardó en encontrarla, lo encontró en una esquina observándolo directamente. Se preparó para su actuación.

Sonrió y saludó al chico, que se escondió en la pared, nervioso de haber sido visto observando a quien consideraba el amor de su vida, y lo peor, había sido descubierto por él mismo.

El pelinegro se tiró al piso, cerrando los ojos con fuerza e inconscientemente apretando su ropa, sudando por los nervios incontrolables que sentía.

De repente, justo cuando pensó que ya podía asomarse por la esquina para ver al chico nuevamente, el castaño apareció frente a él. ¿Cómo se dió cuenta? por la espeluznante voz que escuchó de repente a unos centímetros de su rostro. Oh, y también por el familiar olor que desprendía el uniforme de Will.

–Hola.–saludó, y Michael tuvo que contener el grito que casi se le escapa. Abrió los ojos a más no poder, y se sintió como un pequeño conejito. Se suponía que él era quien asustaba a Will, no que Will lo asustaba a él.

Sin embargo, esa era su posición en ese momento.

El azabache no respondió a su saludo, y Will tampoco dijo nada más. Simplemente extendió un papel color azul, diciéndole con la mirada que lo agarrara. Michael aprovechó y también extendió su nota color rojo.

Intercambiaron papeles así como miradas y ambos se fueron en sentido contrario, esperando con impaciencia leer sus cartas.

Tal vez no era tan malo conocerse, ¿o sí?

Nota de Will:

“Hola, acosador. :)

Antes que nada, no acepto tus disculpas, realmente conseguiste espantarme amenazándome de esa manera.

Siempre te tomé en serio, aún te tomaba en serio hace años cuando me seguías a la distancia, simplemente me daba mucho miedo demostrarlo.

Así que ahora, para demostrar que realmente te estoy tomando en serio, te invito mañana a las seis para tomar un café y conocerte. La dirección está por detrás en la hoja.

Espero que no seas tan cobarde como para dejarme plantado, M. Te esperaré, espero que no me secuestres, ya sé que eres un psicópata.

Con mucho odio(amor), Will.”

Los ojos de Michael estaban tan abiertos al leer la nota que parecían platos. Comenzó a saltar de la felicidad, finalmente el chico de sus sueños le estaba haciendo caso, no le cabía la emoción. Finalmente tendría a alguien con quien compartir su obsesión por Halloween.

Ni siquiera pensó que podía ser alguna mentira o trampa, simplemente estaba demasiado enfocado en su obsesión como para pensar en ello. Realmente era un idiota cuando estaba enamorado.

Nota de Michael:

Hola, Will. Siento mucho hacer tanta locura estos días, simplemente quiero que me tomes en cuenta. Tengo información que podría interesarte.

Eres hermoso, Will, te he admirado durante años, y finalmente me estoy atreviendo a acercarme, aunque a la vez estoy muy lejos.

Lo de las amenazas era cierto, pero estoy feliz de que hayas cumplido y te hayas alejado de tus amigos. Estoy feliz de que estés tomando mi enamoramiento en serio.

Si ya tengo tu interés, estoy disponible para tí todo el tiempo del mundo, porque claro, eres tú. Aunque me pone muy nervioso hablar contigo y apenas puedo mantenerme de pie cerca tuyo, estoy disponible para darte cualquier tipo de información que desees.

Con mucho amor, M.”

Will sonrió inconscientemente. Ya tenía algo en mente, solo faltaba poner su plan en marcha.

Por ahora, tenía que conocer a su acosador, y saber qué cosas sabía sobre su hermano.

El pelinegro había sido muy cruel con él, así que él sería amable con el pelinegro.

Happy Halloween! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora