En ese momento, William Byers tenía un montón de mensajes de odio para Michael. El pelinegro realmente tenía suerte de que no supiera ni siquiera su apellido, porque ya estaría detrás de las rejas por todo lo que ha hecho.
Ese bastardo, pelinegro, apuesto, de buena suerte, acosador y psicópata se las iba a pagar muy, muy caro, no importaba qué, iba a pagar por haberle tirado una piedra a su ventana y a su pobre y perfecta nariz.
Bueno, quizá había sido una rinoplastia gratis, pero aún así, prefería su nariz como estaba antes.
Tenía que hacer algo para impedir un posible secuestro, ya que no quería morir a manos de un psicópata que seguramente era necrofilico también.
La sola idea le perturbaba la mente.
Estar casi toda la noche en el hospital había sido en vano, puesto que, milagrosamente, no tenía la nariz rota. Solo curaron las heridas que se había hecho gracias a los malditos vidrios.
Ni siquiera le dieron un día de descanso, lastimosamente tendría que ir al colegio al día siguiente. Lo bueno es que ese día era domingo.
Esperaba no tener ni una nota ese día, porque estaba furioso. Solo quería que el pelinegro se aburriera de enviar notas todos los días, para poder descansar en paz. Recién era la primera semana de octubre y ya quería suicidarse otra vez.
Si Michael quería una guerra, entonces guerra le daría. ¿Tal vez a su acosador le gustaría experimentar el acoso también?
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Estaba en su habitación pensando en qué hacer. Su hermano estaba siendo acosado, y fue atacado la noche anterior. Will ni siquiera le dijo la verdad cuando le preguntó qué había ocurrido, y lo sabía.
“Alguien tocó la ventana y cuando fui a ver, una piedra llegó a toda velocidad directo a mi cara, ni siquiera alcancé a ver quién fue.”
Quizá no había mentido del todo, pero incluso ella pudo ver a un pelinegro observando desde la ventana cuando fue a socorrer a su hermano cuando la había llamado. Por un momento, creyó que era Jeff the killer con esa piel blanca y cabello azabache, pero rápido entendió que ese engendro era el tipo que acosaba a su hermano.
Su padre era policía, pero conocía muy bien como era de injusta la supuesta justicia. No arrestarían a ese hijo de puta solo por decir que acosaba a su hermano, porque primero, no tenían ninguna prueba y segundo, el acoso era lo más estúpido por lo que se podría denunciar a alguien, claro que no harían nada.
Tenía que darle un empujoncito a cometer un crimen y ¡PAM! agarrarlo con las manos en la masa. Usar a su hermano para ello no estaba en sus planes, pero pronto sabría todo de aquel pelinegro.
Quizá le guste experimentar el acoso también, ¿no?
Nunca iba a la escuela puesto que su padre la educaba en casa, pero esta era una muy, muy buena oportunidad para poder ayudar a su hermano a prevenir un muy posible secuestro.
Para ello, el pelinegro no tenía que saber que ella era una piedra en su camino.
Aunque lamentablemente, cierto pelinegro ya la consideraba una piedra en su camino desde hace años.
Nadie tenía planes sobre los planes de Michael, porque él tenía planes para eso mismo también.
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Inconscientemente, espero todo el día a por una nota de Michael. Se golpeó la cabeza múltiples veces ese día debido a que estaba atento a cualquier nota o presencia extraña fuera de su casa, y no era la idea.
Se suponía que estába muy desinteresado en el pelinegro, ¡pero simplemente no podía evitarlo, el bastardo hijo de puta era interesante!
Pensó que el pelinegro ya se había cansado de enviar notas o estaba demasiado enojado con él para hacerlo, así que primero lo pensó y luego se alegró.
Estaba libre, por fin volvería a su asquerosa vida monótona y aburrida en la que nunca, pero nunca sucedía algo interesante.
Pero era mejor que ser secuestrado por un maniático obsesionado con él y con Halloween que además lo estuvo acosando durante años sin que él se diera cuenta. Bueno, sí se dió cuenta, pero lo estuvo ignorando tanto que se volvió invisible para él hasta ese año.
Se encontraba pensando en qué cosas podía hacer ahora que estaba libre de acosos, pero pues escuchó el sonido de una cinta, volteó para ver qué era, y allí estaba. Una nota color rojo pegada en su cortina, puesto que ya no tenía ventana.
Nota:
“Querido Will, aún sigo muy molesto contigo, y creo que es momento de darte una lección. Me gustaría que te asustaras, puesto que estoy detrás de tí en este preciso momento.—M”
El corazón de Will se aceleró al escuchar unos pasos detrás suyo, y cuando volteó, simplemente vió un martillo que se aproximaba a toda velocidad para luego ver solo oscuridad.
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Happy Halloween!
FanfictionNo era un secreto que a Michael Wheeler le fascinara Halloween, lo que sí era secreto, era que Michael estuviera obsesionado con Will Byers.