—Carajo.—susurró Michael, molesto por la interrupción con William. Puso los ojos en blanco y retrocedió unos pasos, viendo como Will solo se quedaba estático justo en donde estaba.

El pelinegro sonrió, ocultando su ira bajo aquella sonrisa cínica, que en la mayoría de veces le desagradaba a Will. Sin embargo, en esta ocasión, el castaño no creyó poder olvidarla dentro de mucho tiempo. Quizá nunca.

—Tu hermano está abajo, es hora de que te vayas. Pero antes, debo advertirte algo.—volvió a acorralar al más bajo, solo que ya no había rastro de pasión ni amor en sus acciones, solo rudeza y crueldad. La sonrisa se borró de su rostro en menos de un segundo.—Jane se quedará aquí, en caso de que decidas ir con aquel policía y acusarnos. Recuerda, Will. Antes de que apenas llegue aquí la policía, Jane estará muerta.—

—Y quizás, la deje en tu habitación de decoración.—su actitud infantil volvió.—Se le llama "decoración familiar".—Will comenzaba a aturdirse ante los cambios continuos del pelinegro, pero terminó por asentir con la cabeza, sintiéndose intimidado por la cercanía. Sabía que hablaba en serio, si le decía algo a Hopper, Jane iba a morir.

El castaño sintió sus ojos picar ante la sola idea, temía por perder a su hermana. Ya había sentido lo que era perder a un hermano antes. No quería volver a experimentarlo.

—Está bien, vámonos. Tu hermano está esperando.—Mike agarró su mano firmemente y prácticamente lo arrastró fuera de la habitación, así también bajó forzosamente las escaleras. Entonces lo vió.

A Jonathan. Estaba parado mirando en su dirección, con una cara de querer enterrar a alguien tres metros bajo tierra. Will no lo pensó dos veces antes de soltar la mano del pelinegro e ir corriendo donde su hermano mayor, aferrándose a él como si estuviera a salvo a su lado.

El castaño cerró los ojos con fuerza, agarrando la ropa del mayor cual niño pequeño con miedo de ser abandonado por su progenitor. Will ya no quería tener que ver nada con lo sucedido, no quería ver el rostro de nadie además de el de su hermano.

Jonathan rodeó los hombros de Will con un abrazo, haciendo que Will se aferrara aún más a su torso.

—Largo de aquí.—Habló firmemente Nancy. Allí fue cuando Will abrió los ojos, temiendo por la vida de Jane. Quería que se fuera con ellos.

—¡Pero Jane–

—Cállate, mocoso. Esa gata se quedará conmigo mientras, es mía.—

Will sintió que su estómago se resolvió violentamente, el vómito amenazando con subírsele a la garganta.

—¡No, denme a mi hermana!—Jonathan lo agarró fuerte. No podía permitir que no dejaran salir a Will de allí.

—Will, debemos irnos. Jane saldrá después. Debemos irnos.—

—¡Es mi hermana, Jonathan!—

Sin embargo, el mayor no quiso oír ni una sola palabra más. No podía permitirse dejarse llevar por las palabras de Will a pesar de las ganas que le daban de ceder ante ellas. Agarró al castaño por los hombros y lo dirigió hacia la puerta, ignorando cuando su hermano comenzó a forcejear para volver a entrar.

—¡Suéltame, la van a mat–Jonathan le tapó la boca.

—Silencio, es suficiente. Cálmate y piensa las cosas.—Le dijo lo más bajo que pudo con la adrenalina brotando por sus venas y sentidos.

Siguió arrastrando a Will hasta que lo metió al auto. Fue recién entonces que se permitió suspirar de alivio. Todo quedó en silencio a excepción del llanto de Will, que realmente estaba aterrorizado por saber que Jane podría morir en cualquier momento.

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⏰ Última actualización: Aug 15 ⏰

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