XVI. SECHZEHN

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XVI

Tiene que ser una coincidencia.

Esa afirmación se repetía en su cabeza, pero mientras más lo analizaba, más se convencía de que no era para nada una casualidad. Las probabilidades de que existiera un psiquiatra con esas características físicas y con el apellido Stevens aparte de su padre eran bajas. Aún más, cuando se trataba de todo el asunto de esta institución.

¿Por qué vendría su padre aquí sin decirle? ¿Cuál era su objetivo? ¿Los demás Stein lo sabían? Lo dudaba, Mayte Stein no era conocido exactamente por su habilidad de trabajar en equipo. Frey mantenía la teoría de que por eso viajaba tanto, le gustaba hacer sus desastres sin que nadie lo contuviera o le juzgara. Y después de la muerte de su madre, no lo había visto en lo absoluto. Habían pasado dos años.

Y sí, Frey le tenía cariño, en la forma en la que se podía querer a alguien que veías de pequeño y luego un par de veces al año. Compartían un vínculo simple, sin mucha profundidad. A diferencia de Heist, a Frey no le afectaba la distancia e indiferencia que Mayne demostraba, él estaba más que satisfecho con Peerce y Adam. Además, su madre fue muy clara cuando sentó a sus cuatro hijos en el estudio para explicarles algunas cosas.

—Mayne es diferente —comenzó su madre.

Frey alzó su pequeña mano.

—¿Diferente como yo?

Su madre sonrió.

—Algo así, Frey. —Ella tomó una respiración profunda—. Él es un psicópata.

Frey compartió una mirada confundida con Kaia. Hayden rodó los ojos.

—Es un trastorno de personalidad. —Soltó Hayden—. Su mente funciona de forma diferente a la nuestra, no puede empatizar o sentir remordimiento. Tienden a ver a las personas más como objetos que pueden manipular y usar para alcanzar sus objetivos.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó Kaia, mirando a su hermana mayor.

—Porque se está describiendo a sí misma —dijo Heist.

—¡Heist! —regañó su madre.

Frey observó a todos y se confundió aún más.

—¿Todos somos... diferentes en esta familia?

Silencio.

Su madre continuó.

—Lo que quiero decir con esto, es que hay muchas cosas que Mayne es incapaz de sentir, así que no se tomen nada personal, ¿de acuerdo? —Ella les sonrió—. Ustedes son amados en esta familia, nunca lo duden.

Y Frey nunca lo dudó, él siguió las palabras de su madre hasta el final. ¿Quién sí tuvo un problema con eso? Heist. Frey pensaba que a su hermano le había hecho mucho daño hacerse esa prueba de ADN para saber que Mayne era su padre biológico. En parte, suponía que lo había hecho porque cada vez que veía a Hayden era como un recordatorio claro de que ella sí era hija de Mayne, no había necesidad de pruebas cuando ella había heredado todo desde sus ojos y apariencia hasta su comportamiento.

Frey suspiró, odiaba cuando su mente viajaba al pasado de esa forma, porque podía recordar todo con tanto detalle que le hacía extrañar tanto a su madre. Sin importar lo que pasara, o los errores que Mila Stein hubiera cometido, para Frey, ella fue y siempre sería perfecta.

Habían pasado unas horas desde que dejaron salir a Frey de su castigo en aislamiento. El chico Stein entró en la sala de visitas y se relajó cuando vio a la chica de negro y cabello corto que le esperaba. Kaia iba de vaqueros negros con botas negras con cordones y una camiseta roja holgada, cadenas plateadas cubrían su cuello y sus muñecas. Su maquillaje era perfecto, sus ojos delineados lucían tan bien que Frey se preguntó si a él le quedaría bien ya que eran idénticos después de todo.

Frey (Darks #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora