Unidos por la soledad

Capítulo 5

Al final, solo era excusa para huir, Zara se deslizó por la puerta hasta sentarse en el suelo se sintió mal sabia que Alucard quería transmitirle afecto y mucho más, pero ella se puso nerviosa, su belleza la pone así, es un hombre muy apuesto, con un excelente físico, alto, buenas proporciones, era inevitable.

Pero le hizo sentir mal ver la cara de Alucard cuando se alejo de su mano, le recordó mucho a un cachorrito abandonado, suspiro y pensó en recompensar esa respuesta que le dió evitando su afecto.

Estaba atardeciendo y prefirieron cenar temprano y hablaron con comodidad y naturalidad, Zara ni siquiera sabe todo lo que estuvo pensando Alucard antes de la cena en todo ese tiempo estaba angustiado de incómodarla, o que el no sea lo que ella quiere, se sentía inseguro apesar de todas las cosas lindas que ha dicho de el.

Para el ahora las acciones tienen más peso que las palabras o eso cree el.

Después de la cena, ella decidió mostrarle las pociones, lo dejo pasar a su habitación y se percató de que eran muchas pociones y de varios colores, curioso tocó la tapa de cada una y observando los frascos detenidamente— Tienen buen aspecto parecen pociones profesionales.

— Muchas gracias, normalmente en mi tiempo libre las hacia antes de ser perseguida.— Dijo mientras el seguía mirando los hermosos colores.— Esa puede cambiar el color de tu cabello por 6 meses, esa de ahí te puede hacer invisible, esa te reactiva las energías por si estás debil.

Comentaba algunas, mientras lo miraba se veía guapo concentrado observandolas.

— ¿Crees que me quedaría bien otro color de cabello?— Pregunto curioso.

— Si, todo te quedaría espectacular.— Dijo con los ojos cerrados pero se dió cuenta que fue muy directa y se sonrojo pero sin evitarlo añadió con una mirada intensa mirando sus ojos dorados.— Pero prefiero tu cabello dorado, no le cambies el color, este cabello te da tu toque único, además te hace lucir muy guapo y casi celestial.— Dijo sin rodeos acariciando el cabello de Alucard y enrollandolo en su dedo— Además este color de cabello es el hermoso legado de tu querida madre, deja su recuerdo en ti.— Dijo peinando el cabello de Alucard.

Sus ojos brillaban ante tales palabras tan sinceras, y ahora mismo le estaba acariciando el pelo y peinandoselo incluso jugo con un mechón, eso le hacía feliz, muy feliz tanto así que le saco una sonrisa y que le dijera algo tan real que su cabello es un legado de su madre, un hermoso recuerdo que siempre lleva consigo, jamás lo había pensado así, es como si su madre estuviese con el todo el tiempo.

— Zara.. Agradezco tus hermosas palabras, me-me hacen muy feliz.— Dijo mirandola con una sonrisa mientras uno de sus ojos ya derramaba lágrimas.

— Oh, no no, no llores, no.— Dijo Zara acelerada acercandose a limpiar las lágrimas de Alucard con su pulgar.— Por favor no llores, porque si tú lloras voy a terminar llorando contigo.— Dijo haciendo un sonido de puchero y voz quebrada al final.

— ¿Por qué llorarías?— Preguntó mirándola.

— Por ti, si tú lloras me da pena y yo también quiero llorar, a todo esto ¿como es que sigues viéndote hermoso aún cuando lloras?— Se cuestionó para si misma en voz alta.

Alucard al oír eso se rió suavemente le parecían divertidos esos momentos de ella, sus lágrimas habían cesado y había solo una radiante sonrisa en su rostro.

— Siempre me haces sonreír, Zara, me he percatado que desde que llegaste, he comenzado a sonreír luego pasado estos dos meses mis sonrisas y risas son más frecuentes.— Comentó mirándola con aprecio en su mirada.— Creí que tú estadía y presencia aquí seria una molestia, pero jamás me arrepentire de haberte traído y salvado, realmente, tu has sido un alivio para este solitario corazón y alma herida.— Finalizo colocando la mano de Zara en su pecho en la zona del pectoral izquierdo sintiendo sus latidos.