En dónde la manada de Scott McCall tiene que lidiar no solo con el regreso de la tumba de alguien que resultó no estar tan muerta como creían y un nuevo integrante en la manada, sino también con un benefactor sin nombre que busca acabar con toda la...
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LA FOGATA era un evento importante en la escuela no solo para los que formaban parte del equipo de lacrosse, sino para casi toda la comunidad estudiantil, especialmente si eran fanáticos del equipo. A Jackson le gustaba ir porque le gustaba la atención y porque era el capitán del equipo, así que tenía que estar ahí, y Abby siempre iba con él porque Andrea y Allen también iban y pasaban el rato juntos, bailando al ritmo de la estridente música y riéndose juntos. Allen no iría este año y Andrea le dijo que iba a llegar más tarde porque a Scott se le olvidó su camiseta del equipo y se regresaron a casa por ella, así que estaba acompañada por su hermano mientras que Isaac estaba hablando con Malia a unos metros de ellos.
— ¿Quieres algo de beber? —preguntó Jackson, inclinándose hacia ella para que pudiera oírlo por sobre el ruido.
Abby negó con la cabeza.
—No, gracias —respondió, sonriéndole. Jackson asintió, mirando al resto de las personas y frunciendo el ceño cuando vio lo que parecía ser el inicio de una pelea, mirando de reojo a su hermana, dudando entre ir a interrumpir y dejarla sola, o quedarse con ella—. Ve. El entrenador cuenta contigo para evitar problemas.
—Hay idiotas que buscan pelea luego de un trago de cerveza —masculló, apresurándose a ir hacia allá, metiéndose en medio de los dos tipos que estaban empujándose entre ellos y los cuales se tensaron cuando vieron quien estaba deteniéndolos.
Abby medio sonrió, divertida, teniendo un breve recuerdo de su hermano el año pasado y se sorprendió al notar lo diferente que eran las cosas un año después, pero había algo que no había cambiado.
—Hola.
Apartó la mirada de Jackson para mirar a un lado, encontrándose con Scott parado junto a ella, y se rio al pensar que era muy divertido que Scott apareciera justo cuando pensaba en él. Hace un año y hoy, ella seguía enamorada de él de la misma forma. No pensaba con frecuencia en eso seguido porque había cosas más importantes en las que pensar, como en detener los asesinatos y salvar vidas, pero todavía podía recordar la calidez de dormir entre sus brazos y el sonido de su corazón latiendo acompasado.
—Hola —saludó de vuelta, sonriendo—. Así que... ¿Habías olvidado la camiseta?
Scott asintió con una sonrisita avergonzada, rascándose el cuello. Abby pensó que se veía hermoso, sus manos picando por tocar su piel, pero las mantuvo en su lugar porque ese no era el momento ni el lugar. Tal vez luego. O tal vez no. No sabía. Dios.
—Sí, yo-uh, últimamente he tenido muchas cosas en la cabeza y a veces olvido ese tipo de cosas —explicó con una mueca, mirándola—. Bonito atuendo —elogió, mirando la falda de mezclilla, la blusa de tirantes color rosa y los zapatos que usaba.
—Oh, gracias. Tardé como una hora escogiéndolo, así que aprecio que notes que es bonito —comentó risueña.
