16. the benefactor.

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Debemos ser asesinos

Hijos de los salvajes

—We must be killers by Mikky Ekko.

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| el benefactor.

STILES NO supo exactamente por qué Andrea pensó que era buena idea llamar a Malia y decirle que iban rumbo a la casa del lago, seguro de que a ella poco le interesaba lo que hicieran, enojada con ellos todavía por ocultarles a ella y a Abby la inf...

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STILES NO supo exactamente por qué Andrea pensó que era buena idea llamar a Malia y decirle que iban rumbo a la casa del lago, seguro de que a ella poco le interesaba lo que hicieran, enojada con ellos todavía por ocultarles a ella y a Abby la información de su parentesco. Andrea no le dio ninguna explicación a pesar de que se le preguntó un par de veces, mirando al frente, esperando a ver la casa del lago. Stiles se rindió al final porque sabía que no conseguiría nada de ella, conociéndola como si fuera la palma de su mano. Después de todo, ella era la hermana de su mejor amigo y una de las mejores amigas de su hermano, eran casi como familia.

Sorprendentemente, Malia sí apareció. Stiles enarcó las cejas cuando la vio parada en el umbral de la puerta, esperándolos. Andrea abrió la puerta con las llaves que halló en la mesa de noche de Allen, en donde Lydia gracias a Dios las olvidó en uno de los días anteriores. Malia la siguió por la casa en silencio, recibiendo una breve explicación de lo que estaba pasando, y los tres se tumbaron frente al tocadiscos, escuchando como la aguja se deslizaba por el vinilo, intentando pensar en que había ahí que les pudiera ayudar a detener la lista de muerte.

— ¿Qué estamos haciendo? La habitación ni siquiera fue hecha para nosotros. —Stiles se levantó del suelo, suspirando con frustración—. Necesitamos a alguien como Lydia o Meredith, y estamos aquí sentados escuchando a un estúpido tocadiscos tocar un disco que no reproduce nada —resopló, inclinándose para apagar el tocadiscos y giró en su lugar, caminando a la salida del estudio—. Vamos. Hay muchas otras cosas que podemos hacer totalmente inútiles.

Andrea suspiró, levantándose para ir detrás de él y tranquilizarlo un poco. Entendía su frustración porque la compartía, constantemente preocupada por Scott, por Abby y el resto, pero esto es todo lo que tenían por ahora.

—Andrea —la llamó Malia de repente, todavía sentada frente al tocadiscos.

— ¿Sí? —respondió, girándose a verla.

—Todavía puedo oírlo.

—Pero no está encendido —dijo Stiles, volviendo a entrar en la habitación.

—Entonces es otra cosa. Algo girando.

Andrea y Stiles se miraron entre sí, sin tener idea de que podría ser. Stiles miró todo lo que había alrededor y luego se inclinó hacia el tocadiscos, frunciendo el ceño cuando lo vio conectado a algo que debía estar detrás del muro. Apartó el tocadiscos y se puso de rodillas en el suelo, tomando entre sus manos el cable que sobresalía y miró hacia Andrea, preguntándole con la mirada si debía hacerlo.

nameless | #3 | teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora