En dónde la manada de Scott McCall tiene que lidiar no solo con el regreso de la tumba de alguien que resultó no estar tan muerta como creían y un nuevo integrante en la manada, sino también con un benefactor sin nombre que busca acabar con toda la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿NO DEBERÍAMOS hacer algo ahora? —le preguntó Kira a Scott, sentada a su lado en la banca, esperando a que el juego comenzara. Más temprano, Jackson les contó lo que Liam le dijo sobre que Garrett fue quien pagó el barril de cerveza y, presuntamente, quien mató a Demarco.
—No podemos. Todavía no sabemos si realmente es él. Y si nos equivocamos, entonces el verdadero asesino escapará —contestó Scott—. ¿Estás nerviosa?
—¿Sobre alguien intentando matarnos? ¿O por jugar mi primer partido?
—Ambas.
—Definitivamente ambas —respondió Kira, mirando a los jugadores que pasaban frente a ellos.
—Lo harás bien —afirmó Allen, sentado a un costado.
Kira le sonrió, asintiendo, tratando de convencerse a sí misma, inclinándose hacia el frente cuando vio a alguien que conocía con Liam.
— ¿Esa no es Abby? —preguntó con curiosidad.
Scott siguió su mirada de inmediato, observando a Abby parada a un costado de Liam y su amigo Mason, hablando con ellos.
—Ah, sí. Jackson dijo que trató de convencerlo de no jugar esta noche, pero está decidido a hacerlo —recordó Allen.
—Supongo que sigue tratando de convencerlo —murmuró Scott.
Allen se rio, negando con la cabeza.
—Abby dice que Liam se parece bastante a Jackson. Si es cierto, y tiene que serlo porque nadie conoce a Jackson mejor que ella, no hay nadie capaz de convencerlo de no jugar. Ni siquiera ella —afirmó—. Probablemente está pidiéndole que tenga cuidado. Hace eso con Jackson —supuso, mirándolos.
🌙
—No me importa que sea más alto que yo. Creo que puedo con él —dijo Liam, mirando al chico rubio de más temprano vistiéndose a un costado del campo.
—Sí —coincidió Mason, observando con dedicación el marcado abdomen del contrario.
— ¿Qué crees que haces? —preguntó Liam de inmediato al notarlo.
— ¿Yo? Estoy de acuerdo contigo.
—Crees que es guapo, ¿no? —adivinó el oji-azul.
— ¡No! —chilló Mason de inmediato—. No, para nada. Quizá. Sí, quizá un poco —admitió luego de un momento, observándolo todavía.
—Quiere destruirme —le recordó Liam.
—Definitivamente puedes con él. Y entonces, puedes dármelo. —Liam se rio—. No, solo ve y patea sus prepotentes traseros de escuela privada —animó.
Liam asintió, sonriendo.
—Ten cuidado —dijo Abby, parada a un costado de ellos.
— ¿No vas a tratar de convencerme de no jugar? —le preguntó Liam.