En dónde la manada de Scott McCall tiene que lidiar no solo con el regreso de la tumba de alguien que resultó no estar tan muerta como creían y un nuevo integrante en la manada, sino también con un benefactor sin nombre que busca acabar con toda la...
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STILES FUE la primera persona a la que Scott le contó sobre el dinero que guardaba bajo su cama, aprovechando que Andrea decidió quedarse en el hospital y que Allen llegó para ver a su padre. Liam ya estaba sano y salva en casa y Abby se había despedido de él luego de llevarlo a casa, recordándole que tenían exámenes la mañana siguiente, segura de que seguramente lo olvidó. Scott no discutió, haciéndola sonreír, y luego se marchó y decidió llamar a su mejor para contarle lo que tanto lo agobiaba desde anoche. Su madre estaba en la cocina, pero estaba demasiado ocupada haciendo cuentas como para pensar en otra cosa.
— ¿Ya lo contaste? —le preguntó Stiles, mirando la bolsa llena de fajos de billetes frente a ellos sobre la alfombra a los pies de la cama.
—No.
—Probablemente deberíamos contarlo.
Scott asintió, tomando la bolsa por un extremo mientras Stiles la tomaba del otro y vieron el dinero caer sobe la alfombra cuando la vaciaron junto con una cinta que tenía escrita la palabra "escúchame" encima de un pedazo de cinta adhesiva. Scott la levantó con el ceño fruncido, observándola, y se levantó, yendo a buscar la grabadora que recordaba que su madre tenía guardaba en uno de los armarios, colocando la cinta y escuchando el mensaje grabado.
—Luego de ingresar la dirección IP, será conectado a través de un portal de la Red Oscura a un banco que no se puede rastrear. Una vez que haya entrado, ingrese su número de cuenta para recibir su transferencia. La dirección IP se desactivará con cada transferencia. Se les asignará una nueva dirección IP si decide continuar con la lista. Recuerde, la confirmación visual siempre es requerida para el pago.
Stiles presionó el botón de detener-eyectar de la grabadora, cortando la explicación en la cinta.
— ¿Alguna vez hiciste una transferencia? —le preguntó a Scott.
—Nunca tuve tanto dinero.
—Entonces ¿tampoco entendiste una palabra?
—No entiendo nada de esto. ¿Por qué alguien usaría todo este dinero solo para matarnos? —preguntó.
—Alguien realmente los quiere muertos, amigo —murmuró Stiles. Scott tomó el dinero y empezó a meterlo en la bolsa nuevamente, sorprendiéndolo—. ¿Qué estás haciendo?
—Es tarde. Y tenemos el examen PSAT en la mañana —le recordó.
—No, hablo del dinero —señaló—. Quinientos mil dórales. ¿Sabes cuánto es eso?
—Son quinientos mil.
—Es medio millón de dórales, Scott. ¿Qué vas a hacer, los esconderás debajo del colchón?