En dónde la manada de Scott McCall tiene que lidiar no solo con el regreso de la tumba de alguien que resultó no estar tan muerta como creían y un nuevo integrante en la manada, sino también con un benefactor sin nombre que busca acabar con toda la...
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—VAYA —MURMURÓ el doctor Deaton, observando al muchacho joven e inconsciente que estaba recostado sobre la mesa. Abby estaba segura de que no podía tener más de dieciséis años.
Estaban en la clínica veterinaria mientras afuera llovía a cántaros. Scott, Stiles, Lydia y Jackson acababan de regresar a la ciudad después de ir a México a rescatar a Derek de Los Calavera, el clan de cazadores cuyas balas fueron encontradas por todo el suelo de su loft hace unos días cuando Abby fue con Isaac a buscarlo. Se suponía que iba a ser fácil: entrar, negociar su libertar y regresar a casa con él. Sin embargo, aparentemente las cosas se complicaron bastante.
— ¿"Vaya"? ¿Vaya como: "He visto antes y sé que hacer?". ¿Ese "vaya"? Porque es el tipo de "vaya" que buscamos —dijo Stiles, parado al otro lado de la mesa.
—Creo que estás sobrestimando mis habilidades.
Abby tomó una de las manos de Derek, sintiéndola fría contra su palma. Cuando ella y Scott comenzaron a salir el año pasado, le había comentado sobre lo cálida que su piel era siempre aunque las temperaturas fueran bajas porque estaban en febrero y el invierno aún estaba presente. Scott dijo que probablemente era por ser un hombre lobo y durante su estadía en Londres durante el verano, había confirmado su teoría; allá el clima era bastante frío y a pesar de eso, habían sido pocas las ocasiones en las que su temperatura corporal fue menos que cálida. ¿Entonces por qué Derek tenía esa temperatura?
—Está frío —anunció preocupada—. Muy frío.
El doc se apresuró a checarlo. Abby no lo soltó, acariciando suavemente el dorso de su mano, mirándolo atentamente, decidiendo que no podía tener más de dieciséis años, lo que lo volvía de su edad o tal vez hasta menor. ¿Qué había hecho Kate Argent para regresarlo a su época adolescente y por qué?
— ¿Crees que esto sea permanente? —preguntó Isaac, parado a un lado de ella como de costumbre.
Ninguno estaba durmiendo todavía cuando Jackson llamó casi a media noche avisando que ya estaban en su camino de regreso a Beacon Hills, avisando que aparecería en el departamento entre las tres y las cuatro am, diciéndoles que no se preocuparan por él y durmieran porque había escuela al otro día. Isaac no notó nada fuera de lo normal en sus palabras y tampoco en su tono de voz, sin embargo, Abby de repente lo acusó de ocultar algo. Cuando él no dio el brazo a torcer, decidió llamar a Scott, quien resultó ser bastante malo para mentirle y terminó contándole todo a pesar de que podían escuchar a Jackson en el fondo diciéndole que cerrara la boca. Isaac encontró bastante hilarante la pelea que escucharon durante unos minutos hasta que la llamada terminó y luego tomó su abrigo para acompañarla a la clínica veterinaria para encontrarse con los demás.
—Ni siquiera estoy seguro de que un diagnostico médico sea adecuado. Esto es más de lo que sé —respondió el doc con sinceridad.
