Por fin terminó la jornada laboral, ahora estamos en el entrenamiento diario con el equipo. Les puedo jurar que ya no tengo ganas de hacer nada, por más que me encanta jugar fútbol y jugar con mis compañeros, pero después de recordar todas esas cosas, solamente tengo ganas de irme a casa y estar solo.
Toda mi vida he sido solitario, pero luego de conocerlos a todos ellos, pude entender lo que se sentía tener amigos, lo que se sentía ser alguien importante para los demás (si excluimos a mi familia, claro), y esa sensación hermosa que involucra la amistad se quedó conmigo hasta el día de hoy, ahora no puedo dejar de pensar en que los necesito a todos, antes no extrañaba a nadie, pero en estos momentos sí.
Cuando estaba enfrentando a Hyuga en la tercera final de secundaria, tenía el pensamiento de que debía ganar para poder ir a Brasil invicto y así sentir que merezco ser el mejor jugador del mundo, pero para poder lograrlo, tenía que valerme por mí mismo, ya no depender más de mis amigos, de Misaki, Wakabayashi, Ishizaki, Sanae, mis padres, mis compañeros de equipo, y sobre todo, Roberto, quien me enseñó a jugar como juego ahora...
¿Saben algo? Se me hace extraño no haberlo visto en estos tres años. Ya sé que Brasil es un país enorme, de hecho es el quinto país más grande del mundo, pero él era de Sao Paulo, y es donde estoy ahora, es una ciudad muy grande, pero igual se me hace extraño, quién sabe, tal vez haya pasado por al lado de mí en la calle y no nos reconocimos...
─Tsubasa, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?─ la voz de Pepe interrumpe mis pensamientos.
─¿Eh? Oh, sí, claro...─ respondo con algo de seriedad y con la cabeza gacha, ya no estoy de humor ni para fingir que estoy feliz.
─No te creo, tu mirada cansada me dice lo contrario. ¿Es por el trabajo?
─No, no es por eso, no trabajamos tan duro hoy, a diferencia de otras veces, y otras veces he estado mejor que ahora.
─¿Entonces qué te pasa?
Suspiro.
─Es un tema emocional, no físico. Yo... creo que extraño mucho a mis seres queridos de Japón.
Pepe me comprendió a la perfección, sonríe y pasa un brazo por detrás de mis hombros.
─Imagino que debes sentirte un poco abrumado al llevar una vida tan ocupada, a tan corta edad, y en un país muy lejano al tuyo, y totalmente distinto también, ¿no?
─Sí, exactamente. Toda mi vida he estado solo porque nadie quería ser mi amigo, pero mis últimos cuatro años en Japón, fueron los mejores porque conocí a muchas personas que llenaron el vacío de mi corazón. Si no los hubiese conocido a todos ellos, no me sentiría así ahora, porque nunca había extrañado a alguien que no sea mi papá cuando se iba a navegar por el océano, pero ahora que tengo amigos... por fin siento lo que se siente extrañar a un amigo─ siento un poco de ardor en los ojos, estoy por llorar.
─Oh, Tsubasa, entiendo cómo te sientes, ¿pero has sentido esto desde que llegaste a Brasil? ¿O recién ahora?
─Yo los extraño desde que llegué aquí, pero recién ahora los estoy extrañando más que nunca, no sé por qué de repente empecé a recordar mis mejores momentos con ellos, ¿será una señal?
─¿Puede ser una señal de que los vas a ver en unos meses?
─Quizás.
─¡Entonces alégrate!─ me da una palmada en la espalda─Ya cumpliste tu objetivo aquí, te volviste bastante reconocido en Brasil en estos tres años que estuviste, Tsubasa Ozora, la estrella del Sao Paulo, ¿no te sientes feliz con eso?
─¡Claro que sí! Amo mi vida aquí en Brasil, pero... no es lo mismo sin ellos...
─Tranquilo, no va a ser para siempre. Recuerda que todo esto es para que seas el que le entregue a tu país la Copa del Mundo, vas a jugar con todos tus amigos, pero no creas que Brasil te tendrá piedad en el Mundial.
─Jaja, lo tendré en cuenta.
Pepe logró animarme un poco, es verdad, los voy a volver a ver a todos en unos meses antes del Mundial juvenil, esta separación no va a ser para siempre, ya fueron tres años, pero tengo que aprovechar estos meses que me quedan para perfeccionarme, y así poder volver a Japón con la cabeza en alto.
Finalmente, llegó el día de mi duelo contra Santana. Va a ser un duelo uno contra uno, pero más adelante lo volveré a enfrentar en el campeonato brasileño de nuestra categoría, el día en que mi querido Sao Paulo se enfrente contra el Flamengo de Carlos Santana, creo que esa será mi última prueba antes de volver a Japón.
Santana está en medio de la cancha, esperándome, tiene esa expresión seria y vacía que lleva siempre, pero al ver que me acerco a él, me sonríe levemente.
─Tsubasa Ozora.
Yo también sonrío.
─Tiempo sin verte, Santana. Admito que a veces voy a espiarte a ti y a tu equipo en los partidos del campeonato, con tal de ver fútbol, jaja.
─Veo que le tienes un amor enorme al el fútbol─ baja la mirada con los ojos cerrados y una sonrisa leve─. No tienes remedio. Recuerdo cuando nos conocimos, demostraste ser un jugador extraordinario que realmente disfruta de dar un paso en la cancha.
─Santana...─ el amigo de Santana, creo que se llama Leo, también vino, solamente para animarlo.
─Así es, y tengo la intención de volver a demostrártelo en este duelo uno a uno─ sonrío con determinación.
─Tsubasa...─ Pepe también vino a animarme.
─Pues en ese caso, comencemos─ Santana me lanza un balón y yo lo recibo con el pecho─. Comienza tú. Nuestro duelo consistirá en que los dos tenemos que pasar al otro y anotar la mayor cantidad de goles que podamos. Tenemos cinco minutos, Leo va a controlar el tiempo, ¿te parece bien?
─De acuerdo, eso suena muy divertido─ me estiro un poco antes de comenzar─. Ya estoy listo.
─Muy bien, ¡Leo, ya puedes comenzar el tiempo!
─¡Sí!─ presiona el botón de inicio del tiempo─¡Ya pueden comenzar!
─¡Muy bien!─ corro con el balón hacia el arco contrario, el cual es cuidado por Santana, quien está esperando por mí─¡Prepárate, Santana!
─No dejaré que te salgas con la tuya.
Yo paso por al lado de Santana sin problema, pero él, a gran velocidad, me hace una barrida y me quita el balón.
─¡Muy bien, Santana!
─¡Tsubasa!
─¡Ja, buena barrida, Santana!─ le digo.
─Ja, tú ahí, sonriendo de nuevo. Voy a hacer que esa sonrisa se borre de tu rostro─ corre a mi portería con el balón mientras yo lo sigo.
Santana se prepara para hacer su tiro, pero yo lo bloqueo con mi pierna, y el balón sale volando hacia arriba, sin embargo, no termina ahí, ya que Santana salta para realizar una chilena.
─¡Toma esto, Tsubasa Ozora!
─¡No si puedo evitarlo!─ yo también salto y bloqueo el remate con mi pierna, pero la fuerza de Santana hace que aun así pueda ejecutar el tiro, y el balón entra en la red.
Santana cae de pie, y yo casi me rompo la espalda, jaja.
─¡No, Tsubasa!
─¡No te preocupes, Pepe!─ me pongo de pie y trueno los huesos del cuello─Esto aun no ha terminado, Santana.
ESTÁS LEYENDO
𝗥𝗘𝗖𝗨𝗘𝗥𝗗𝗢𝗦 𝗗𝗘𝗟 𝗔𝗬𝗘𝗥 ❱ Capitán Tsubasa ✔
FanfictionTsubasa Ozora tiene diecinueve años de edad, vive en Brasil junto a su amigo Pepe, y está muy feliz con su nuevo estilo de vida y no se arrepiente de nada, y más porque dio todo de sí para poder llegar hasta donde está hoy. Sin embargo, por más que...