12. ESCUDO (Parte 2)

14 2 0
                                    

En el despacho del director de SHIELD.

—Eso ha sido muy agudo, señor Stark —dice Emma, acomodada en un sofá seccional redondo de cuero blanco que hay en el centro de la amplia oficina. De frente, a escasos metros, Tony está sentado en su escritorio de vidrio azul. Detrás de él, se ve el cielo a través de un gran ventanal.

—¿Podrías dejar de leer la mente de mi personal? —dice Tony, con una pastilla para el dolor de cabeza en una mano y un vaso de agua en la otra.

—Lo haré por los viejos tiempos —dice ella en alusión a una aventura romántica que ambos compartieron años atrás en Marrakesh—. Es curioso el miedo que tenéis en SHIELD de los mutantes. Miedo focalizado hacia a mi persona, por cierto.

—¿Te extraña?

—Para nada. Lo cual me lleva a esa especie de escudo psíquico antitelépatas de tu cabeza. Cuando viniste a la Escuela para intentar reclutarnos, como apoyo para el Acta no lo tenías. De seguir así, podría ayudarte con esa jaqueca.

Tony se toma la pastilla.

—Descuida, llevo décadas conviviendo con ella. ¿Qué es eso tan urgente? ¿Tiene que ver con la tecnología que tenía Norman en la isla? ¿Alguna novedad?

—Seguimos estudiando la zona, pero no estoy aquí por eso. Algo no va bien en la mente de Peter.

—Lo sé.

—No me refiero solo a que no pueda entrar en su mente.

—Lo sé.

—No lo sabes, porque no conservas ningún recuerdo de la realidad alternativa que Wanda creó.

—Pero conozco las consecuencias del famoso Día M. Además, no es fácil olvidar la cara desencajada de los Vengadores que sí lo recordaban, como la del propio Peter. Estaba tan furioso que rompió la mesa de reuniones. Y el caso es que sigo sin saber qué hubo de diferente en aquella realidad

—¿No preguntaste?

—Nunca. Ya sé demasiadas cosas, más de las que me gustaría. No necesito torturarme por una vida alternativa de una realidad que ya no existe. Aunque me has intrigado, ¿qué tenía de especial en la vida Peter?

—Gwen Stacy seguía viva. Estaban casados y tenían un hijo llamado Richard.

—¡Para el carro! Eso es lo que Peter estaba soñando hace un momento, ¿fue real? O sea, real de aquella realidad...

—Así es.

—Y cuando todo aquelló pasó y volvimos a nuestra realidad... Dios mío, tenía derecho a destrozar la mesa de reuniones y la Torre Stark entera...

—No fue el único que se sintió así...

—Ya... Las consecuencias globales. —Tony ve el rostro afligido de Emma—. Siento sí...

—Fue Wanda; no tú, quien decidió exterminar el gen mutante aunque ella era mutante y una Vengadora,—responde Emma, con frialdad, mirando las nubes. Tony intenta hablar, pero ella prosigue—. La cuestión es que Peter recordaba lo sucedido al volver a nuestra realidad y, sin embargo, ahora parece haberlo olvidado... Al menos de manera consciente.

—¿Eso es lo que te preocupa? La mayoría no lo recordamos. Quizás sea una especie de amnesia retardada... —dice Tony que se reclina con las manos por detrás de la cabeza.

—Lo admito, no tengo una respuesta. Hasta hace unos minutos me parecía muy conveniente que Peter y tú tuvierais un escudo psíquico que me impidiera acceder a vuestra mente. Me preguntaba si, cuando Peter fue a pedirte ayuda a la Torre, creaste para él un escudo psíquico como el tuyo con tal de evitar cualquier intento de manipulación mental por parte de Norman... Lo cual no explicaría por qué Peter ha olvidado la realidad alternativa de Wanda.

SPIDER-MAN: UNA VIDA MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora