05. SIMBIOSIS

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       —No detecto peligro —advierte Peter a Mary Jane, sin retirar la vista del furgón—. En cuanto salga, te sientas aquí —añade, indicando el asiento del copiloto—, para estar lo más juntos posible. Haré un escudo de telaraña, y después sales tú. ¿De acuerdo?

       —Vale... —responde ella.

       Él sale del coche. Cubriéndose con la puerta abierta, teje un escudo circular, semejante al del Capitán América. Sujeta el escudo con el brazo derecho, utilizando su otro brazo y parte del cuerpo como barrera, resguardando a Mary Jane, que sale por el lado del copiloto. Una vez que los dos están fuera, se abre una de las puertas laterales del furgón. Peter habla:

       —Avanzaremos muy despacio.

       Una cosa, Peter...

       —¿Sí?

       —Hoy te he dicho cosas que... —Mary Jane le agarra del brazo izquierdo, con fuerza, haciendo aún más evidente su inquietud.

       —¡Eh, tranqui! En el contrato ponía: "mínimo, una discusión por semana". De lo contrario sería un muermo, ¿no?

       A pesar del miedo que siente, Mary Jane esboza una pequeña sonrisa, agradecida por la peculiar manera que tiene Peter de hacer frente a situaciones límite. En silencio, avanzan sin que el sentido arácnido detecte peligro. Se detienen a pocos metros del furgón para observar lo que pueden del interior del vehículo, que permanece alumbrado. Hay dos amplios asientos de cuero; encarados; similares a los de una limusina. Entre medias, una bandeja extensible con canapés varios. Justo debajo, un pequeño minibar cuya puerta de cristal deja ver diferentes tipos de bebidas: agua, zumo, refresco y alcohol. Esta parte trasera está separada de los asientos del piloto y copiloto por una cristalera tintada en negro. Una voz electrónica irrumpe desde el interior del vehículo.

       —¡Sean bienvenidos, señores Parker! Por su seguridad, van a ser escaneados; es solo una inspección rutinaria para descartar cualquier tipo de arma o dispositivo que pueda ser utilizado con fines contraproducentes para su propia seguridad.

       Un artefacto extraño surge del furgón, proyectando un haz de luz azul horizontal, que registra, de pies a cabeza, los cuerpos de Peter y Mary Jane. Terminado el proceso, la voz continúa:

       —Por favor, antes de entrar, desháganse de esa masa circular de telaraña y de los dispositivos electrónicos de sus cinturas, aquí dentro no les harán falta. Gracias por su colaboración.

       —Sigo sin percibir peligro —dice Peter, que inspira con fuerza y tira al suelo el escudo de telaraña. Mary Jane se aferra con más fuerza a su brazo. Él coge su proyector de imagen y lo hace añicos, recobrando su verdadero aspecto. Extiende la mano derecha hacia Mary Jane para que le dé el suyo, que corre la misma suerte. Ella recobra su verdadera apariencia—. ¿Preparada? —pregunta él.

      Sin estar muy convencida, ella asiente.

       Suben al vehículo, ocupando los asientos más cercanos al maletero. La voz electrónica vuelve a hablar:

       —Gracias por elegir a nuestra compañía para sus viajes de placer. Llegaremos a nuestro destino en una hora, aproximadamente. Durante el trayecto, pueden tomar un refrigerio, comer o incluso dormir si lo desean. Beban y coman tranquilos, no hay ningún tipo de sustancia nociva para su salud en los alimentos; de ser así, el señor Parker podría detectarlas con su sentido arácnido. Cualquier otra necesidad o sugerencia, no duden en comunicárnosla. Gracias por su colaboración y disfruten del viaje.

SPIDER-MAN: UNA VIDA MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora