❀[10]𝑵𝒐 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒔𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒈𝒍𝒂𝒓❀

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Alan siempre me gustó.
Estoy enamorado de él...
Desde nuestro primer beso, lo amo.

Pero estos dias, me siento decaído.

Cuando lo saludé y él me miró de esa forma...

¿Me odias?

¿Qué te hice?

Que yo recuerde, nada...

No te importo

Solo me utilizas

¿Soy un juguete para ti?

Sí, soy un juguete para ti.

No me molesta pero...

Por lo menos, cuida un poco a tu juguete

–Roier, ¿Sabes donde está Barca?

–Eh? No. –me había perdido en mis pensamientos, otra vez.

–Mmmh, quizá salió para comprar algo

–Si, supongo.

–¿Estás bien? Últimamente te veo muy perdido

–Si, estoy bien, ¿Por qué no lo iba a estar?

–No lo sé, tú dime.

Ambos nos miramos por unos segundos

–¡Chicos, miren lo que encontré en el mercado! –Se escuchó gritar al más alto, en el piso de abajo.

–Volvió Barca. –Dijo Roberto mientras sonreía, algo se traían esos dos.

–¿Qué encontraste? -pregunté con intriga mientras bajaba las escaleras con Roberto.
Barca tenía en sus manos una canasta llena de manzanas doradas, brillaban mucho.

–¿Qué mierda es eso? –preguntó Roberto muy sorprendido

–Pues que no ves? Son manzanas doradas, idiota.

–wow, no me había enterado –Dijo sarcástico

–esas manzanas, las vi en el libro de mi madre, son muy poderosas. ‐dije mientras pasaba mi dedo en una manzana.

–así es, la vendedora dijo que pueden restaurar tu falta de energía y salud, e incluso hay un echizo para encantarlas y que puedas sobrevivir a todo.

–todo?

–todo, como el tótem que tiene Roy.

–es un regalo de mamá

–si, pero con eso tienes una segunda vida, literalmente

–ya se, baboso. –miraba como Roberto seguía jugando con una manzana, se le notaba sorprendido.–oigan, vuelvo después, Juan me dijo que lo viera en un rato, en el río.

–para? –preguntaron ambos al unísono

–me quiere contar algo de Alan.

–Ese idiota de nuevo? –se notaba el enojo en Barca

–Por qué te molesta tanto? Es amigo de Roy

–Ya no es su amigo, ese tipo está mal se la cabeza, ni merece que nuestro Sebastian vaya y le hable

–Dejen sus mamadas pa' después, al rato los veo –dije cerrando la puerta de la casa y dirigiéndome al río.

En el camino pensé en varias cosas.
Me pregunto por qué Juan me dijo que fuera al río para hablar.
Además de eso, cuando el me lo pidió, se le notaba su cara de lástima.

Hace mucho que no notaba esa expresión en particular. Ya casi nadie sentía pena por mi.
Cuando mis padres murieron fue lo peor, todos me miraban tristes y hablaban a mis espaldas, diciendo "pobre chico, está tan solo", sigo sin entender porque me hacían eso. Aunque... tiene sentido, un niño que ahora estaba solo en el mundo, sin mamá y papá.

𝑬𝒓𝒆𝒔 𝒖𝒏 𝒊𝒅𝒊𝒐𝒕𝒂... ✞︎ ⁿᵃᵗᵃˡᵒⁱᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora