𝑳𝑨 𝑵𝑬𝑪𝑬𝑺𝑰𝑫𝑨𝑫 𝑫𝑬 𝑼𝑵 𝑹𝑼𝑰𝑫𝑶 𝑨𝑹𝑻𝑰𝑭𝑰𝑪𝑰𝑨𝑳

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Nos hemos convertido en seres dependientes a algo, podría incluso decir que los seres humanos siempre han sido dependientes a algo que en el común de los casos es algo que es más grande que ellos mismos, en cuanto a especie se refiere. Tenemos que pensarlo de esta manera, siempre hemos tenido a algo a alguien a lo que adorar, o incluso en algunos casos, ese algo que seguir para darle un propósito trascendental de nuestra existencia.

Es ese elemento diferenciador que marca una o varias generaciones, pero que casi siempre está relacionado con el tema de adoración o de moda anterior. Desde la religión, hasta la política, el arte, la guerra, la sexualidad hasta ahora, donde premiamos la atención, como si fueras elegido por el mismo dios. Es por ello mi querido amigo o amiga, que lo que nos invade en estos tiempos modernos, es la democratización de la fama.

Cuando hablo de democratización es para que lleguemos a entender lo siguiente, es de comprender que todos nosotros; queriéndolo o no, nos hemos vuelto creadores de algún tipo de contenido capaz de influir sobre las personas en cualquier clase de nivel.

Desde la persona que percibimos hoy en día como el "artista clásico o natural" que es aquel que casi siempre son actores o figuras públicas de renombre; donde la mayoría labró su carrera antes de la llegada del internet y por ende, mucho antes de la llegada de las redes sociales.

Luego encontramos a los que yo personalmente he denominado como los hombres estrellas; son personas que las llamo así porque me hacen el recuerdo al de una estrella fugaz, pues su crecimiento es exponencial, es repentino, como si de la noche a la mañana se convirtieran en superestrellas, curiosamente considero que su llegada repentina a la gloria es directamente proporcional a su descenso, es gente que se mete fácilmente en polémicas, tiene problemas con su comunidad, les descubren cosas turbias de su pasado, etc.

Y al final se llegan a quienes somos las personas del común, pues en algunas instancias nos conformamos con consumir contenido creado por otro tipo de creadores; pero encontramos un punto a destacar interesante si nos vamos al sentido pragmático de lo que significa ser un influencer, esto se ve puesto en el caso en el que estas personas utilizan sus cuentas en las redes sociales como una galería personalizada en donde reposan sus recuerdos, información y lo más importante, vivencias.

Y así es como termina uniéndose al algoritmo el vídeo de una señora llamada blanca estela; que solo tiene como doce likes, y que su cuenta está llena de vídeos que podrían catalogarse como vídeos bastante naturales y que no buscan como objetivo el acto de entretener o llegar a un determinado público con el fin de transmitir una especie de "mensaje" que le pueda resultar útil a alguna persona.

Por eso es que la comprensión de los temas que consumimos y de la clase de contenido que dejamos que pase por nuestros sentidos, se vuelven cada vez más y más adictivas, haciendo que muchas organizaciones vean esto casi como una especie de droga. Por tanto, saber qué es lo que estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo y qué impacto puede estar teniendo lo que estamos haciendo; son cosas importantes que debemos hacer para poder tener el temple de regular nuestro consumo y creación de contenido.

Procurar no estar llenando a tus posibles visitantes de información basura, y que si en algún momento te declinas por terminar de tomar en serio lo que haces, hazlo siempre cuestionando siempre las tendencias y siempre disfrutando el proceso, para que si en algún momento tienes un ataque de catarsis nostálgico con lo que te encuentres haciendo, recuerdes de qué estás yendo por el sendero correcto.

Justo esta parte es donde hago conexión con las palabras que escuche alguna vez en uno de los "vídeos ensayo" de Atherion, pues él siempre se encuentra en un constante estado de análisis y reflexión, que al final casi siempre lo termina llevando a buenas ideas, y que el tiempo que les dedica a sobre pensar, cuestionar, y realizar dicha idea, es aquel proceso que sufre, pero que al mismo tiempo vive y ama y que lo lleva a crear un resultado.

La carencia de contemplaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora