𝑼𝑵𝑨 𝑽𝑰𝑫𝑨 𝑫𝑬𝑺𝑻𝑰𝑵𝑨𝑫𝑨 𝑨𝑳 𝑭𝑳𝑼𝑰𝑹

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Me encuentro en la necesidad, en primer lugar, de hacer una ligera apreciación sobre mi estado actual mientras me encuentro frente al teclado. Realmente siento las profundas ganas de escribir, ese deseo que solo ilumina a aquellas personas que siempre quisieron contar algo que los llenara por dentro; precisamente en eso se centra todo este aspecto. Pero tampoco puedo negar que estoy en un estado de relajación mezclado con agotamiento debido al estudio y trabajo. Siento que en cualquier momento puedo llegar a colapsar, pero supongo que es parte del vivir.

Ya entrando en materia, me puse a leer un texto que tenía de una de mis clases de filosofía y logré comprender, a través de ese texto, que el trabajo en concreto hacía referencia a la obra "Vida líquida" del señor Bauman. Justamente quiero retomar la misma pregunta que planteé en aquel momento cuando comencé a profundizar en dicho texto, ¿Qué es la vida líquida? Es precisamente sobre eso en lo que vamos a reflexionar, también vamos a hablar de cómo algo de este texto nos puede servir en nuestro devenir perpetuo, pero finito, ese al que llamamos vida.

Tomando como guía las propias transcripciones que realicé del documento a partir de mi propio análisis, el valor de lo que es la Vida Líquida es, por lo que entiendo, el modo habitual de vivir que tenemos en la sociedad actual en la que nos encontramos. Al mismo tiempo, comprendemos que debido al hecho de que la vida misma se comporta como lo hace, nos lleva a entender que no tiene una forma definida de vivirse.

Es el simple acto de comprender que el rumbo de nuestra existencia no es constante; de ahí se desprende la conclusión de que es posible salir de las espirales negativas y de desgracia en las que muchos de nosotros nos podemos encontrar atrapados.

Entendemos esto por la propia pluralidad de opiniones y formas de vivir que nos componen como seres humanos. Lo que nos hace únicos es asimilar que nuestra forma de afrontar la vida y los problemas no se acoge a un solo estilo o alternativa para poder resolverse. Bien podría ser cierta la frase que dice "hay opiniones como personas en el mundo". Retoma también algo que considero la base de la idea del perspectivismo que he mencionado con anterioridad.

Toma como base todo el aspecto de la pluralidad abstracta y, de la misma forma, la persona perspectivista es capaz de comprender y hacer una profunda reflexión empática sobre lo que le rodea en su vida diaria. Mientras vive en tiempo real, adapta en su propio proceso de catarsis todas las perspectivas y visiones que dentro del mundo de la concepción humana, son posibles.

Puesto que nuestra vida es líquida, tampoco se acoge a ningún margen de tiempo o ritmo de vida determinado; de ahí proviene el concepto de que la vida es una montaña rusa de emociones. Llega el punto preciso en el que siento que todo esto se fusiona con una frase que solía decir el artista marcial, Bruce Lee: "Sé como el agua. Cuando pones agua dentro de una botella, adopta la forma de la botella; cuando toma la forma de una tetera, adopta la forma de la tetera. El agua puede chocar y puede fluir. Sé agua, amigo mío".

Realmente nos hemos convertido en personas sin propósito. Pero en cómo nos llenamos de incongruencias por el propio sinsabor que ofrece la existencia; o incluso la búsqueda de un sentido a la misma, de no encontrarnos en una definición plena y completa de cómo somos, quiénes somos y qué podemos esperar a ofrecer o recibir de este mundo plagado de majestuosidad.

De hecho, en lo que a mí respecta, la vida no tiene una razón concreta de ser. Al mismo tiempo, considero que no vale la pena esforzarse por buscar aquellas cosas que dentro del valor individual la gente ve como importantes, como es el caso del amor, definir quién soy y ¿Qué puedo hacer por mi futuro? He comprendido a lo largo de los años que la mejor forma de alcanzar algún deseo de vida es simplemente vivir. Tener gustos definidos, saber comprender qué está bien y qué está mal y ser congruente tanto en el actuar como en el pensar.

Ser paciente y disciplinado, porque actuando así, podrás llegar a ese punto en el que la gente empezará a valorarte por quién eres y qué te constituye como persona. Aquellos seres de luz destinados a complementar o amar lo que eres empezarán a aparecer en tu vida de forma paulatina, y los que dejan de aportar algo se marcharán sin mediar palabra alguna.

Y aún más importante, deja siempre espacio para la mente abierta y para el gran campo de perspectivas que el entorno te puede brindar en tu desarrollo. Sé siempre alguien empático y que entiende que todas las personas tienen algo que contar y aportar . Cuando hagas el ejercicio de la retrospectiva impulsada por el sentimiento de nostalgia, podrás darte cuenta de que siempre cambiaste, siempre fuiste alguien no definido, pero eso no te detuvo para ser una persona íntegra y "completa" en un sentido figurado y abstracto, más no literal.

Así, en este punto te digo, la mejor forma de ser alguien consiste en no ser alguien, en no definir tu existencia de ninguna manera concreta, no fundamentar tu pensamiento en dogmas; menos aún cuando deseas ser plenamente libre, en ser tan cambiante como las aguas que pasan por el mismo cauce, como diferentes estudiantes que entran a ocupar las mismas sillas en las mismas aulas y atendiendo el mismo tablero. Crea una opinión integral propia, siempre dispuesta al cambio y sustentada con una crítica inteligente, de un modo que puede tener una vida siempre destinada al fluir. 

La carencia de contemplaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora