『 -Tal vez yo soy el problema. 』
Maldiciones y amor no se pueden escribir en una misma página, o al menos eso es lo que piensa Geto Suguru al no poder proteger a sus amigos.
La única forma de poder amar libremente en un mundo de maldiciones es exter...
The internet's gone wild watching movie stars on trial...
Pasado - 2006
Yuna miró la puerta de la habitación de Suguru sin saber si era bienvenida, habían pasado unos días desde la misión fallida de Riko, la chica a la que tenían que cuidar por ser un recipiente de Plasma Estelar. Había tenido la oportunidad de platicar con Satoru sobre lo que había ocurrido y al notar lo triste que estaba con el resultado, pudo deducir que Suguru debía estar igual o peor.
Así que ahora se debatía entre entrar o no a su dormitorio. Shoko había comentado que necesitaba un par de días de reposo, no solo por las heridas físicas de las que se había tenido que recuperar, sino también porque se encontraba mentalmente exhausto. Lo pensó durante unos segundos más hasta que finalmente se decidió, si el pelinegro no quería verla seguramente se lo diría de manera educada, así que nada perdía con intentarlo.
Golpeó la puerta suavemente, con ayuda de sus nudillos, sin recibir respuesta alguna.
—Suguru, soy yo, Yuna —habló con calma, sin querer presionar a su amigo—. Solo quiero saber si te encuentras bien o si necesitas algo.
Estuvo a punto de rendirse cuando no recibió ninguna respuesta del otro lado, pero podía ser que incluso se encontrara dormido, así que pasaría después tras esperar un par de horas.
La puerta se abrió cuando dio un paso hacia atrás dispuesta a irse. Se sorprendió completamente con la imagen frente de ella pues no era el mismo Suguru que vio antes de partir a la misión. Su semblante que a lo usual era tranquilo y feliz ahora se encontraba completamente cansado, parecía que no había dormido para nada desde las curaciones de Shoko, se veía más delgado e incluso pálido.
—Puedes pasar —habló el más alto, teniendo que forzar una sonrisa, pero sinceramente agradecido de tener a Yuna con él—. Mi puerta siempre estará abierta para ti.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Actualidad - 2017
La castaña recordó aquella escena con algo de nostalgia, no lo había entendido en ese momento, pero incluso en uno de sus peores días, Suguru le había permitido entrar en su espacio personal, irrumpir en su zona de confort. Y aún después de todos estos años, parecía que sus sentimientos por ella seguían intactos, mientras que la ojiverde había intentado tantas cosas para deshacerse del amor que sentía por él.
Sabía que el plan y los objetivos de Geto estaban completamente equivocados, ni siquiera tenía sentido intentar eliminar a todos los no hechiceros solo para darle fin a las maldiciones, pero de alguna manera intentaba entender que todo lo vivido lo había orientado a tomar esa decisión. Aún así, ya estaba cansada de ir en contra de él, de intentar convencerlo; ahora que se encontraba bajo su protección, sin misiones ni órdenes o reglas por parte de los ancianos se sentía mucho más tranquila.